
El chulazo James Nowak se despelota en la azotea | Bentley Race
Nos lo hubiéramos llevado a los vestuarios sin dudarlo ni un segundo, así tal cual, con el equipamiento de jugador de rugby, para ayudarle a quitarse toda la ropa. Pero da igual, podemos hacer lo mismo en la azotea, porque lo mejor de todo esto es que tenemos de vuelta de nuevo antes de lo esperado a nuestro machote australiano James Nowak.
Su atractiva cara es su principal reclamo, pero por si eso no fuera suficiente, lo bien enfundadas qjue le quedan las mangas de la camisa a los biceps ya advierten que debajo de toda esa ropa hay contenido de alto voltaje sexual para perder la cabeza. Cuando se la levanta provoca suspiros y levanta pollas. Esa línea inguinal marcada que se pierde por debajo de unos apretados calzones de aussiebum, unos gayumbos que estamos deseando bajar poco a poco para descubrir lo que ya sabemos que hay debajo y que nos azote el aroma de una polla gorda y grande de un hombretón hecho y derecho.
Si te la trabajas bien, despierta la maravilla, una trompeta larga y gruesa para chupar durante horas, alternándola con una más que suculenta huevera, el festín de cualquier gran mamador que se precie de serlo. Esa chorra es de otro mundo, porque embelesa. Y si te agotas de mamar, que no lo creo, siempre puedes darle la vuelta y disfrutar de los cachetes de su hermoso culazo. No te va a dejar metérsela porque no le va el rollo, pero siempre puedes darle unas cuantas hostias para ver menearse ese flan y soñar con que sumerges la polla dentro de esa raja de locura.