Un guaperas argentino de 23 años con culazo de futbolista se deja follar a pelo y lefar el ojete | Latin Leche
Parecía una tarea imposible, porque nada más ver que la cámara lo estaba persiguiendo, alargó la mano para evitar que lo grabasen. Si no se dejaba filmar ni la cara, qué iba a suceder cuando le propusiera hacerlo masturbándose. Pero al cazador le gustan los retos complicados y no va a dejar pasar la oportunidad de ver a un chaval tan guapo cascarse una paja y quién sabe si comerse una polla por primera vez, la suya.
Desde que lo vio lo tuvo claro. Tenía el porte y la forma del culito de un futbolista y además era guapísimo. Suerte que el tema del sexo le mantuvo pegado a la entrevista. 23 años, le gustaba grabarse la pija para después enviarle los vídeos a las nenas con las que quería acostarse. Seguro que ninguna le decía que no estando tan bueno.
Cuando aceptó el dinero para dejarse grabar masturbándose a solas, el cámara tuvo una erección automática. Su deseo de follarse a ese chaval estaba cada vez más cereca. Ahora sólo tenía que ser cauto y esperar al momento adecuado siguiendo las pistas que ese guaperas le iba dejando. Ya en el apartamento se mostró más predispuesto a todo, más abierto, incluso contó algunos detalles de su vida sexual reconociendo que alguna vez algún chico le había comido la pija, pero dejando claro que le gustaban las mujeres.
Aprovechó la brecha para seguir indagando en lo que sintió cuando le comió la polla un tio. Le gustó. Un poco más de dinero como le prometió y ahí lo tenía delante de la cámara, todavía con la pija morcillona entre sus manos pajeando duro. Dejó que se relajase y quizá se precipitó al coger una de sus manos y llevarla a su paquete, pero es que le estaba poniendo cachondísimo.
Al principio la retiró y se mosqueó, pero lo volvió a intentar y dio resultado al prometerle más plata. Su mano empezó a magrearle el paquete. Ya no quedaba nada para dar otro paso grande. El cazador se bajó las bermudas, le cogió la cabeza con la mano y se la acercó a la chorra diciéndole «por plata abrid la boca«. Joder qué guapo era y lo que se resistía el muy cabrón. El cámara la tenía dura y el momento en que el argentino abrió por fin la boca y se la chupó, casi le mete los lefazos dentro del gusto.
La comía como un puto novato, pero aprendió enseguida. Su mente estaba confusa y todo eso le estaba pareciendo una locura, pero le gustaba. Paja, mamada, ahora ya sólo quedaba una cosa más por hacer, follarle el culo. Se negaba en rotundo, no era una puta, pero el cámara le propuso algo irrechazable, darle el dinero que pidiera con tal de que le dejase metérsela.
La imagen de su cuerpo atlético de rodillas sobre el sofá, unos buenos muslos, un culazo bien guapo que jamás había probado rabo. Le contó la verdad, no le iba a engañar. Al principio le iba a doler un poco, pero después sentiría gusto. Se la metió a pelo y escuchó sus gemidos. Iba por buen camino. Como le prometió, llegaría a disfrutarlo y así lo hizo. El cazador estaba demasiado cachondo como para aguantar demasiado tiempo. Lo intentó hasta que antes de volver a meterla le vino el gustillo y depositó toda la lefa en la entrada de ese culete, dándose el placer, sin preguntar antes, de meterle la polla engrasada en leche hasta el fondo. Y mientras lo hacía, le tiró unos cuantos billetes más de los grandes para que no se quejara.
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