
[Fucker Mate] Craig Daniel mece con su polla a pelo a Manuel Olveyra
No es facil enfrentarse a un pollón enorme, es algo así como cuando ves una mesa repleta con tus postres favoritos, te los comerías todos, pero sabes que por mucho que te gusten no vas a poder encajar tanta comida. Ver una mega polla larga, gorda y dura nos pone tan cachondos como esa mesa repleta de la comida que más nos gusta, se te abre el apetito, empiezas a salivar deseando tenerla en la boca y saborearla desde la base de los huevos hasta rozar la raja del cipote con la punta de la lengua y después arramplar con toda ella hasta el fondo, se te pone el rabo duro de sólo pensarlo, respondiendo a ese deseo de forma natural y sin querer hasta relajas el culo pensando en la posibilidad de que todo eso te entre dentro del ojete.
Pero una vez que lo estás engullendo te das cuenta de que acabar con todo el postre encima de la mesa sigue siendo placentero, pero no tan fácil como pensabas en un principio. Para Manuel Olveyra el sueño comienza en las estancias de Orgyart, cuando por encima de los vaqueros acaricia el paquete a un chaval altísimo y chulazo que acaba de conocer, Craig Daniel. El tacto de su mano siente el recorrido casi interminable de un rabo enorme y largo, desde la cremallera hasta más allá del bolsillo, casi dándole la vuelta a la cadera.
Sin ser cantante, coge la polla de la base con la mano como un artista y aún le queda micrófono de sobra, más de la mitad, para deslizar sus labios por todo el instrumento. No puede creer que le esté comiendo el rabo a un tio tan grandote, guapo y machote de pelo en pecho, algo que le da más energías para comer con ansias y con mucho gusto, paseándose todo lo que puede de esa polla por el paladar, los labios y los carrillos de los mofletes. Pocos tios hay que la tengan tan larga como el tamaño de su pie, pero al ver las zapas Nike de Craig, parece ser que él es uno de los afortunados que puede decir que la leyenda que circula por ahí sobre lo de que un hombre tiene la pija como el número que gasta de calzado, es real.
Con tanto gusto de rabo en la boca, a Manuel se le ha puesto tiesa. No puede negar que tiene una cacho polla que haría las delicias de otro tío que se animase a pasar por allí para unirse a la jornada de puertas abiertas, pero de momento lo que Craig quiere de él es desflorar su culazo. A simple vista su agujerazo parece impresionante, enorme, como para dar cabida no a una ni a dos, sino a varias pollas que se lo quieran follar.
Aún viendo que seguramente no tenga problemas para metérsela, Craig prefiere asegurar la jugada y rociarle con su saliva toda la raja y los alrededores del agujero. Cuando termina de decorarle el culo con sus jugos, hace que se la coma de nuevo hasta dejársela brillante y preparada para la acción. Puesto a punto, se lo lleva a un suspensorio y se separa las piernas dejándole todoel culo abierto justo a la altura de su polla.
Sabía que no iba a tener problemas para entrar dentro de ese agujero precioso. A pelo y centímetro a centímetro se la va encajando en el interior del culo notando el calorcito del contacto de su palo gigante contra las acogedoras paredes de su trasero. Con un pollón así es fácil llegarle a otro tío hasta darle un buen masaje en la próstata y volverle loco. Manuel echa la cabeza hacia atrás y entorna los ojos cuando se la clava hasta el fondo y Craig comienza a jugar con el columpio impulsándolo y apuntando con la polla hacia el agujero, penetrando y saliendo del culo cuando se va y viene. Y además con muy buena puntería, todo un experto.
Así se la saca y se la mete por completo una y otra vez, poniéndose tontorrón cuando se la saca y Manuel despliega el ojete para él, para que le meta toda la polla de nuevo. Una lección magistral de cómo dilatar un culo con el grosor de un gran rabo, tiene ya el agujero hecho a su medida. De repente y como si se le omnubilase la mente, Craig comienza a comportarse como un animal, le coge y le empieza a empotrar a pollazos. A Manuel le encanta ver a ese potro con cara de cabrón dándole por el culo con tanta fuerza, con toda su musculatura en tensión, sudadito por el esfuerzo.
Manuel sabe cómo hacer que un tio no pueda resistirse a metérsela, poniéndose a cuatro patas, alzando su pomposo culito blanco que queda a la vista en contraste con el moreno de su cuerpo y las piernas, un reclamo perfecto para machos con ganas de descargar la polla. Craig se acopla ese culo entre los muslos y le clava toda la churra con mucho gusto follándoselo como un caballo primerizo que lo hiciese por primera vez, con las piernas resbalándose y perdiendo el sentido, concentrado totalmente en penetrar y penetrar sin pensar en otra cosa. Manuel termina tumbado y Craig sobre él haciendo flexiones con el culo y fundiendo sus caderas con los cachetes del trasero del chaval, con el rabo totalmente introducido dentro de él.
Dándole la vuelta casi como si fuese un títere al que manejar a su antojo, Craig se pone las piernas de Manuel sobre los hombros para volver a dejarle el ojete abierto de par en par y se lo sigue machacando. A punto de correrse, Craig lo voltea de nuevo para admirar esa vista de su enorme polla taladrando el culito blanco y enorme, se la saca y le hace un homenaje al culazo vertiéndole encima toda la leche de sus cojones, pincelando después con el cipote, conduciendo los lefazos hasta la entrada del culo y follándoselo de nuevo con el semen. El tio se la saca, la zarandea y salen volando las gotas de lefa por el aire. Sin perder un segundo hace que Manuel deguste las sobras acercándole el rabo para que se lo coma y le pega un besito con sabor a tio.