Brogan y Braxton Cruz, jefe y piscinero se dan al vicio haciéndose un flip-fuck sin condones en la camita | Raging Stallion X Men At Play
Executive Order: Episode 1
Más de cuatro años después, el teletrabajo había llegado para quedarse. Al principio Braxton Cruz incluso se arreglaba, pero últimamente ya lo hacía todo en pijama o medio desnudo en verano. Eso sí, para las reuniones por videollamada, todavía se ponía su trajecito con corbata, aunque iba descalzo y sin calzones para estar más cómodo.
Tenía que tener cuidado al levantarse, sobre todo cuando llegaba el piscinero, porque Brogan con ese aire de machote que tenía era el chico que ahora conseguía ponérsela dura todos los días. No podía permitirse ser la vergüenza de la empresa si en una de esas se levantaba y le veían la tienda de campaña montada. Sí, Brogan estaba buenísimo, pero también era un tocapelotas, porque se liaba a hacer ruidos fuera justo cuando había reunión telemática y Braxton sabía que a veces lo hacía a posta.
Además de estar bueno, Brogan era un rebelde. No sin causa, porque Braxton era conocido por la altivez con la que se dirigía a sus empleados. Esto le granjeó no pocas disputas y, en el caso de Brogan, un empujón que le tiró a la piscina. Braxton sintiótanta ira por aquel acto que al salir de la piscina le despidió, pero en cuando Brogan no opuso resistencia y se giró diciendo adiós, Braxton le tiró del polo blanco y lo atrajo hacia él pegándole un morreo.
Dios, esos momentos eran los que le daban la vida, esa mezcla entre el amor y el odio, sabiendo que un paso en falso te haría caer por el despeñadero del amor sin remedio. Descubrió en la boca de Brogan a un buen amante y se entregó a sus brazos fuertes y voluminosos. El tiarrón le sacaba casi una cabeza. La mano de Brogan viajó hacia su bragueta, le bajó la cremallera y le sacó la polla negra y bien morcillona masajeándola.
Pasito a pasito, besándose y dejándose las prendas de ropa por el camino como miguitas de pan en un cuento, se fueron colando en la habitación. Brogan se bajó los pantalones, miró hacia abajo y supo que en cuestión de tamaño lo iba a tener difícil para competir con ese pollón, pero sabía que tenía algo que a Braxton le iba a gustar y con lo que sí podía dar la talla.
Se dio la vuelta, se puso a cuatro patas sobre la cama y deslumbró a Braxton con su imponente culazo grandote, redondo y musculado, las piernas entre abiertas, con los cojones y la polla colgando. Enseguida Braxton se lanzó a por ese culo, plantó las manos en las nalgas y las azuzó para ver cómo se movían. Sacó la lengua y se trabajó ese pedazo de ojete.
Un culo de ensueño en una posición perfecta para comérselo y hacerse una paja a la vez. Braxton empleó bien la otra mano, pasándola entre los muslos de Brogan, asiendo su durísima polla y pajeándole, sosteniendo sus cojones sobre le pulgar y el índice. Braxton se lanzó sobre la cama con el pito tieso y le dio a Brogan un bote de lubricante. Este le echó una buena cantidad sobre el rabo, lo masturbó hasta que quedó completamente embadurnado de aceite, con las sobras se dio él también un poco en la entrada del culo, le dio la espalda, hizo una sentadilla y se clavó su polla dentro y a pelo.
Brogan era demasiado Brogan. Atrapado entre su culo y el colchón, Braxton no veía salida y un sudor frío empezó a recorrerle la nuca y la frente. Miró hacia abajo y vio ese culazo bombeando su pene. Echó la cabeza hacia atrás respirando hondo, intentando contener la leche en los huevos. Apenas había empezado a follárselo y ya estaba así.
Por suerte se acostumbró a esos zambombazos y supo mantener el tipo. También ayudó que al rato Brogan volvió a ponerse a cuatro y le dio el control. Así podría aguantar más, dando por culo, marcando el ritmo. Le penetró sin condón, se quitó la corbata, la pasó por delante de su cuello y le montó. Brogan era su caballito y él su jinete. Trota cabrón, trota, toma polla.
Menudo culazo tenía el piscinero. Eso era una bomba mortal y Braxton había caído de lleno en su trampa. Se puso de pie en la cama, dejó ese trasero en pompa, lo taladró desde arriba y se la clavó haciéndole un buen agujero. Después de follárselo a pelo un buen rato, Braxton se tomó un respiro dejándose caer completamente desnudo sobre la cama, pero Brogan no quería tiempos muertos, se coló entre sus piernas y le comió la polla.
Buen culo y buena boca. Menuda mamada, chupándole la polla entera hasta dejarla reluciente con las babas encima. El cabrón acompañó la felación con una agarrada de huevos, sobándoselos, magreándolos con la mano, sintiendo el baile de la leche calentita dentro de ellos. A punto estuvo Braxton de preñarle la garganta. Se aferró fuerte a los bordes del colchón y rezó para aguantar un poco más.
Hasta ahora sumiso y pasivo, Brogan no tardó en sacar a relucir de nuevo su lado más rebelde. Con un rápido movimiento, agarró a Braxton por los muslos y le puso el culo hacia arriba, sumergiendo los morros en su raja y devorándole el ojete, escupiéndoselo, palmeando con los dedos la entrada de su ano. Y así, abierto de piernas, vio a Brogan dando unos pasitos con las rodillas hacia adelante, rabo en mano, dirigiendo ese misil hacia la entra de su culo.
Se la metió a pelo bien dura y a Braxton le gustó que ese tio se la enchufara dentro. En el fondo, desde que le contrató, cada día que le veía tras la ventana hacer su trabajo, estuvo deseando que llegara ese momento, meterlo dentro de casa y abrirle el culo. Le reventó el ojete. Menudo porte tenía follando, con ese cuerpazo y esa cara de cerdo vicioso.
El tio lo dio todo, incluso permaneció un rato dentro de Braxton cuando empezó a jurar que se corría. Entonces la sacó rápidamente, se la desenfundó a manotazos y se dejó la leche sobre los huevos de Braxton. Mientras aún la tuviera dura, Braxton no la iba a dar por perdida. La experiencia de ser follado le había gustado demasiado como para que la aventura acabara en ese punto.
Empujó a Brogan contra el cabecero de la cama, todavía con la borrachera de la corrida encima y sin saber qué hostias quería hacer Braxton con él. Braxton le dio la espalda, se sentó sobre sus piernas, le agarró la pija y se la insertó por el culo toda corrida. Una puta cerdada de las grandes. Braxton saltando, su largo rabo haciendo aspavientos, el semen colgando por sus pelotas y posándose sobre las de Brogan.
El sumum del placer. Braxton se agarró la pija, se masturbó y justo cuando iba a echar la corrida se dejó suelta la polla y se corrió sin manos. Empezó a soltar leche por la polla sin dejar de cabalgarse a Brogan. Al haberla dejado suelta y sin una mano que la guiara, el semen empezó a salpicar por todas partes, proectándose contra las sábanas, contra sus pies, propulsándose hacia arriba en un chorrazo blanco directo al torso que contrastó con el moreno de cuerpo. Salpicaduras de leche por todas partes mientras su poronga ahora más larga y gorda que nunca se ponía durísima para eyacular. Y mientras soltaba toda esa cantidad de leche y sentía el gusto de la polla del piscinero dentro de él, se prometió a sí mismo que desde ese día trataría mejor a sus subordinados.
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