David Hanson y Kurt Maddox maman y prueban a pelo en sus apretados culitos blancos las mastodónticas pollazas negras de Felipe Esquivel y Lloyd Goldwyn | Staxus

It’s Out Of The Pool & Into A Couple Of Horny White Asses For These Two Mammoth Black Dudes!

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Ni David Hanson ni Kurt Maddox concebían una vida posible sin el móvil. Bendito invento que les servía en bandeja todo lo imaginable. Desde hacía días, desde que los negrazos Felipe Esquivel y Lloyd Goldwyn llegaron al instituto, quienes los habían probado en la cama no paraban de mensajear y prodigar a los cuatro vientos que esos dos maromos tenían unas pollas descomunales, lo que más tarde dieron en llamar los polla mamut.

No es que David y Kurt prestaran mucha atención en clase de naturales, pero si algo sabían de los mamuts es que eran animales extintos que caminaron sobre la tierra y que tenían unos cuernos mastodónticos, al parecer como esos dos tenían las pollas. Cuantos más mensajes leían, más cachondos se ponían. Había quienes hablaban de once pulgadas de nabo. Kurt y David se llevaron las manos a la boca de la sorpresa. ¿Acaso era posible que un hombre que andara sobre la tierra pudiera manejar entre sus piernas un pollón de casi treainta centímetros?

Eso era lo que decían de Felipe, pero Lloyd no se quedaba atrás. Un chico dijo de él que tenía la polla más grande que había visto en su vida, que su cipote era tan gordo como su boca abierta. David y Kurt se las apañaron para quedar con ellos a solas en la piscina y por fortuna descubrieron que todo eso que se había dicho de ellos no solo era real, sino que en persona todo era mucho más grande todavía.

Lo echaron a suertes. David se quedaba con el que la tenía más larga y Kurt con el más pollón. Kurt no dio crédito a la jodida pollaza que sacó a Lloyd del bañador. Tan gruesa como un vaso de cubata, qué coño, más gorda todavía, tremendamente venosa, fuerte y dura, con un cipotón tamaño XXXL tipo seta por el que paseó la lengua sin remilgos, deteniéndose en el glande, en la gran raja que culminaba ese gran pene negro y descomunal, saboreando el precum.

Al menos David se había quedado con una que podía meterse en la boca, si bien no le cabía entera de lo larga que era. Aunque fueran dos parejas, no tenían por que comprometerse. David y Kurt decidieron compartir a esos dos negrazos. Enseguida sus culitos apretados y blancos quedaron bien cubiertos de rabo, follados a pelo. Kurt presenció el momento en el que Lloyd dirigió su misil dentro del ano de su colega. Si hubiera tenido que apostar algo, hubiera apostado a que eso no entraba, pero cuál fue su sorpresa que David acabó digiriéndola hasta las pelotas, exhalando un gemido de gusto que a Kurt casi le hizo expulsar la leche.

Como buenos amigos, compartieron la abundante corrida de Lloyd, que fue el primero en correrse. Kurt fue el que se llevó la majoe parte. Por el cipotón empezó a manar leche, dejándole los morros sucios y pringados de semen. David acudió a olisquear y, tras saborear el cipote con los labios, se llevó una buena ración. Felipe se pajeó encima de la cara de los dos y tuvo suficiente leche en los huevos como para darles de comer aparte. Con un par de lefazos dejó satisfecho a David, un disparo dibujándole un bigote de leche y el siguiente directo al interior de su boca. Otras dos eyecciones dejaron la boca de Kurt con un buen pastón.

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