Dylan Anderson se pone cachondo con Rory Hayes y se lo folla sin condón | Bentley Race
Tras unas cuantas fotos en la habitación, la tensión sexual entre Dylan Anderson y el jovencito Rory Hayes era tan real, visible y palpitante que se podía cortar con el filo de un cuchillo. Tuve frente a mis narices el momento en que supe de cierto que esos dos no podían más y se iban a poner a follar. Fue cuando les dije que se bajaran los calzoncillos.
Los dos estaban empalmadísimos. Dylan miró hacia abajo observando la dureza y la forma de las dos pollas. Le vi acercr su cara a la del chaval comiéndole la oreja. Rory se puso cachondo y percibí cómo la nariz se le enrojecía. Era como pinocho, no podía ocultar nada. El beso no se hizo mucho de rogar ni tampoco la manita de Dylan, que andaba más suelta que nunca y su siguiente movimiento fue agarrar la pija de Rory para hacerle una pajilla a fuego lento.
Disfruté viendo cómo se comían las pollas el uno al otro y, aunque sabía cómo iba a acabar aquello, intenté convencerme de que cualquier cosa podría pasar, pero mi apuesta estaba clara. A pesar de que Rory era más dicharachero y Dylan algo más reservado, si conocía aunque fuera un poquito a Dyaln, hubiera puesto la mano en el fuego porque al final sería él el que acabaría metiéndosela al chaval.
Y así fue. Lo que comenzó como un toma y daca, terminó por controlarlo Dylan, que tumbó a Rory en la cama, se colocó encima de él en postura de flexiones con las caderas encima de su cabeza y le folló la boca antes de darle la vuelta y follárselo sin condón sin dejar de abrazarle fuertemente por detrás, deseándolo con todas sus fuerzas. Nunca había visto a Dylan tan cachondo por un tio y su excitación se vio reflejada en su corrida. Llevaba apenas unos minutos culeando por detrás a Rory cuando sacó la polla y se corrió encima de sus nalgas.
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