Dante DeMoro da los buenos días a Australia desnudo frente a la ventana | Bentley Race
Puedo ver en su mirada de ojos claros y en la intención de su sonrisa a todo un viciosillo. Le pregunto a Dante DeMoro si estaría dispuesto a hacerse una paja junto a la ventana. Mira hacia ella riéndose de forma nerviosa pero excitada, se lleva la mano al paquete amasándolo bien con la mano, dejándome ver que un bulto muy grande. Creo que mi insinuación ha hecho que se le esté amorcillando.
Juega un poco conmigo mientras se quita la ropa, hasta que se queda sólo con los gayumbos puestos y empieza a tirar de la goma hacia abajo por el frontal. Su base gorda y grande hace que no me quepa duda y a medida que va tirando, tampoco me queda ninguna duda de que la tiene bien larga. Sale toda larga y empinada hacia el frente, bien hermosa, con el cipote encapuchado por una piel que me entran ganas de chupar, porque parece sabrosita y además bien lubricada.
Llega la hora de jugar junto a la ventana. Me pone cachondo su actitud desinhibida, hablándome, mirándome, cascándosela, mientras habla conmigo como si nada, todavía con las converse y los calcetos de calvin klein puestos. En un arrebato, se coloca justo frente al ventanal y deja ver al mundo su cuerpo desnudo y su gran dote. ¡Buenos días Australia!
Se da la vuelta y los rayos de sol de la mañana inciden en su cuepro dibujando sus formas y sus sombras. Su rostro varonil, decidido y con barbita que baja por su cuello hasta la cadena de plata. Su torso delgado y atlético, peludito del ombligo hacia abajo, más todavía a medida que se acerca a la base de su rabo. Se da la vuelta de nuevo y me pongo debajo de él, entre sus piernas. Me dejo seducir por la belleza embriagadora de su culo, sus huevos y su rabo, todo junto.
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