Rudy Gram muestra su cuerpazo varonil, su gran rabo y se deja follar su musculoso y redondito culazo sin condón | Amateur Gay POV & The Bro Network
Money's Worth
Mis amigos me habrían puesto en entredicho eso de pagar por tener sexo, porque tampoco lo necesitaba, pero no comprendían que me acababa de encandilar de un tiarrón de una web de alquiler a cambio de sexo y estaba seguro de que no iba a encontrar a ninguno como él saliera donde saliera. Mi principal miedo era haber pagado a Rudy Gram por adelantado el doble por una hora para hacerle usa sesión de fotos que serviría como calentamiento a la follada que le metería después y encontrarme con que no me gustara tanto como en las fotos.
Llegó. Le abrí la puerta desde la planta de arriba y según le vi subiendo las escaleras del pisito, con andar decidido, sus playeras blancas, vaqueros azules, camisa desabotonada por arriba enseñando pechote de lobo y esa cara de amante latino, se me disipó cualquier duda que pudiera tener al respecto.
Menudos cojones le echó el cabrón nada más conocernos. Me empujó hacia la habitación que tenía a mis espaldas, me lanzó contra la cama y se quitó la camisa dejándome extasiado con su cuerpazo serrano, varonil y musculoso. Me desnudó y estaba a punto de quitarse los pantalones y darle la vuelta a lo que habíamos hablado antes de que llegara, pretendiendo follarme allí mismo.
Le paré los pies. Ese día no iba a ser yo el que probara su polla, al menos no por el culo, porque tocársela vaya que si se la iba a tocar. Le dije que se desnudara por completo y me lo llevé a las escaleras para la prometida sesión de fotos. Iba empalmadísimo y estaba muy bien dotado. No pude resistirme a cogerle la polla con la mano y masturbársela. Él me miraba dejándose hacer con los brazos a los lados de su cuerpo sin resistirse.
Le colgaban una barbaridad los huevos, me encantan los tios a los que les cuelgan las pelotas, pajear el rabo y ver cómo se desplazan y rebotan ante mis ojos. Se dejé el pene con el capuchón puesto. Se le quedó pegadito, pero tenía una polla tan lubricada que enseguida empezó a retraerse el pellejo. Cogí la cámara antes de que emergiera todo el cipote y le tomé una instantánea.
Me puse unos peldaños por encima de su cabeza y le dije que se estirara a lo largo de las escaleras. La vista que me ofreció fue alucinante. Por eso me gustaban tanto los hombres. Su cuerpo desnudo, su atractiva cara, pectorales prominentes de pelo en pecho, tatuadito, empujándose la polla larga, dura y gorda con el pulgar hacia abajo para mostrarme lo grande que la tenía, intentando seducirme una vez más para que cambiara de opinión.
Casi caigo en la tentación, pero cerré los ojos, respiré hondo para no sucumbir a ella y sentarme en las piernas de ese tio convirtiéndome en su puta, bajé unos peldaños y le propuse una última toma para que me mostrara su culo. La polla se me puso durísima y pude sentir que algo de precum se me escapó mojando la huevera de mis calzones al ver ese espectáculo cuando me dio la espalda, adelantó una pierna subiéndola al escalón de arriba y me enseñó un culazo de empotrador de la hostia, blanco, redondito, algo peludete, con una buena raja y un agujero formidable. Y entre medias, para abrirme el apetito, sus cojones y su enorme polla.
Sólo capté una toma de ese momento, porque no podía resistirme más. Le dí una palmada en el trasero y me lo llevé a la cama. Le tumbé bocarriba, le hice abrirse de piernas y penetré sin condón ese culo gozoso. No se esperaba que la tuviera incluso más grande que él. Le jodí el ano metiéndosela con todo mientras le agarraba la polla y se la pajeaba. Le saqué el pene y lo froté contra el suyo. Le dí la vuelta y le hundí la polla de nuevo en ese culazo. Me lo llevé a la ducha y le hice comerme la polla hasta que la leche ganó la partida. Con toda mi leche encima, ese cabrón se levantó y me susurró al oído que cambiaba todo el dinero que le había pagado por tener mi culo. Miré su polla todavía dura y grande. Me dí la vuelta y acepté el trato. Lo que gocé empotrado contra la pared del baño no está escrito.