Tim Kruger cubre sin condón el culazo del musculoso guaperas Lee | Tim Tales
Cómo no iba a tener la polla siempre dura Tim Kruger si chavales como ese se le colaban en casa para tomar su biberón. Lee destilaba puro amor y se quedaron un buen rato mirándose a los ojos y besándose antes de que Tim le colocara las manos en los hombros ayudándole a agacharse para que empezara a comerle la polla. La carita guapa del inglés, esos ojazos, ese bigotito y los musculoso que era, habían conseguido ponérsela bien dura para la ocasión.
Menudos pectorales y cómo aguantaba la mirada mientras tragaba rabo por la boca, con ganas, hambriento. Su culo también tenía hambre y Tim le dio de comer con todo, acoplando las nalgas entre sus muslos y abandonándose al placer de penetrar su agujero ajustadito a la par que se le alegraba la vista, le subían los calores y se le creaba una buena cantidad de leche en los huevos al ver a semejante bellezón desplazándose a su son sobre el sofá cama.
Follado, ese parecía ser su estado natural. Lee permanecía atento a cada movimiento de Tim, a cada pollazo, recibiéndolo con gusto. Levantó los brazos y se los pasó por detrás de la cabeza, marcando biceps y enseñando una buena pelambrera en los sobacos digna de esnifar. Sin tener el mando, el cabrón hacía como que lo tenía, asintiendo con la cabeza cada vez que Tim mantenía el ritmo de la penetración.
Tim le dio por detrás recuperarlo. No dejó de meterle la polla, hasta el fondo. Lo abrazó por detrás, atrayendo la espalda hacia su torso. Los dos juntitos, unidos. Le comió la oreja. Se lo cameló. Le tiró al sofá y allí culminaron dos buenas pajas. Lee se corrió mirando cómo Tim se la machacaba.
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