Niko Demon se folla el culazo de Thiago Da Silva sin condón y se corre a lefazos sobre su espalda | Fuckermate

Stuffed and creamed

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Los dos estaban encantados con lo que tenían delante. Thiago Da Silva le comía todos los morros a Niko Demon sacando lengua y relamiéndole los labios de lo mucho que le apetecía ese macho, mientras con una mano no paraba de sobarle el paquete y es que Niko estaba tan prendado del cuerpazo atlético y definido de ese muchachito, que tenía la polla durísima a punto de reventarle los calzones.

Por suerte, esos Andrew Christian que llevaba puestos, daban mucho de sí por la huevera, que para eso estaban hechos, para que tios como él tan bien dotados pudieran marcar bien marcado. Thiago se agachó e hizo lo que a cualquier tio le mola, puro vicio, ponerse delante de un buen paquete, tirar de la goma de los gayumbos y dejar que el aroma dulzón y la imagen de una buena polla saliendo de su encierro, le inundaran las napias y le congratularan la vista.

Tardó cero coma en metérsela dentro de la boca y chuparla. Estaba saladita. El muy cabrón acababa de echar una meada. Mientras la tuvo morcillona, se la tragó como si fuera un burrito, toda entera, besándole las pelotas. Poco a poco sintió cómo iba creciendo y poniéndose más y más dura. Crecía a lo largo y a lo ancho, dibujándose de venas, tropezones bien ricos que sus labios chupaban con apetito.

La tarea de metérsela por el fondo de la garganta se iba complicando, si bien lo intentó de nuevo casi con acierto, quedándose a apenas un par de centímetros de la gloria. Al sacarla de su boca, la polla salió cilimbreando tiesa hacia arriba dando bandazos sobre su jeta, empapada en sus babas. Miró hacia arriba, hacia la cara del dueño de esa bicha, esa cara de empotrador tan atractivo que le volvía loco, su torso musculadito. Hizo un nuevo intento y se la clavó hasta el fondo, sorprendido por haberse tragado veintidós centímetros de rabo.

Si de pie ese tio era sorprendente, sentado, con la pija destacando ahí toda dura y larga contra su torso, esperando una boca y una mano que la crujieran a besos y pajas, estaba tremendo. Thiago gateó de rodillas hacia donde estaba, se metió entre sus piernas y volvió a dar buena cuenta de todo ese durísimo falo que no iba a decaer, pues en esa postura, Niko tenía unas buenas vistas, las de las espaldas musculosas de Thiago y de fondo un culo que era precioso.

Niko se relamió un par de dedos, se puso de lado haciéndose un hueco y alargó la mano para sobárselo, para meter esos dedacos húmedos por la raja caliente de su pandero. El tio estaba ardiendo y tenía un buen ojete abierto, apretado y muy suave por donde Niko supo que perdería el sentido y se convertiría en un animal.

Apenas se había dado cuenta de que Thiago se había convertido en todo un experto con su polla dentro de la boca. Ahora la agarraba por la base como si fuera un mástil, toda dura y enorme, la miraba, la relamía y se la metía hasta el fondo, deseando con ganas esa gigantesca pija cargadita de amor. Thiago estaba encantado. Le gustaban los hombres tan bien dotados, pero por las dimensiones de sus rabos, a la mayoría que había conocido la tenían colgando, incapaces de soportar su propio peso.

La de Niko era diferente. Impresionante que con esa maza pudiera trempar de esa manera, con el pito duro y tieso. Niko puso a Thiago a cuatro patas y se divirtió con su culazo y con lo que no era su culazo, porque en cuanto se dio cuenta de que el chaval tenía una buena dote entre las piernas, casi veinte centímetros colgando, le pasó la polla dura entre las piernas y le hizo la triple comida, degustando rabo, huevos y raja del culo todo a la vez.

Le metió el dedo gordo de la mano por el agujero del culo y con la otra mano le agarró del rabo y le empezó a ordeñar. Aunque Niko conseguóia abrir agujeritos simplemente mirando a los ojos a cualquier chico, dejando que su profunda mirada de ojos claros y su cara de machote empotrador hicieran el resto, no estaba de más asegurarse de que el hueco que abría era un poco mayor para poder entrar.

Se puso de rodillas detrás de Thiago, colocó la polla erecta en la raja profunda de su culo y la empezó a frotar por encima. Tras una decena de frotamientos, sólo tenía que empujar su rabo con el pulgar hacia abajo dirigiéndolo al punto de entrada y perforarlo con su misil. Encajó primero el cipote, no reculó, metió más trozo de rabo y en cuanto ese ojete se acostumbró al diámetro, tiró de caderas y empezó a follárselo sin condón.

Ese culo estaba riquísimo, apretado, super ajustado. Thiago no dejaba de gemir, dejándose llevar, aguantando las primeras embestidas. Niko sintió la necesidad de protegerlo y darle cariño. Se puso de pie y le perforó desde arriba, juntando sus muslos bien apretados contra sus nalgas, inclinándose hacia adelante para girarle la cara y darle besitos, para comerle la oreja, para escuchar de cerca sus gemidos de gusto, de lo que él le estaba haciendo sentir en ese momento.

Así, con la polla durísima por ese primer enfrentamiento, Niko la sacó de su culo, hizo a Thiago darse la vuelta sobre la cama dejando la cabeza colgando por el borde del colchón y le atravesó la boca con su gigantesco miembro dejándole sin aliento. Después de lo apretado de su culo, sentir las delicias de esos labios y su lengua dándole un repasito y lubricante para seguir follando, fue toda una delicia para los sentidos.

Era la hora de ver cómo follaba un auténtico macho. Thiago se tumbó bocarriba en el puff, abierto de piernas. Niko se las abrió aún más y se la metió por el culo, dejando que Thiago se recreara con las vistas, observando su cuerpazo en acción con el rabo perforándole por dentro.

La prueba de fuego llegó poco después, cuando Niko se sentó en el puff, empujó su miembro con el pulgar dejándolo en vertical apuntando hacia el techo, esperando a que Thiago se sentara encima y se empalara encima de su enorme y dura pija. Y Thiago lo consiguió, se la tragó entera devorándola con el agujerito de su culo, pajeándola, masturbándola dentro de su ano.

Thiago se dejó vencer y se inclinó sobre Niko. Los dos cara a cara, frente con frente, echándose el aliento, cachondos perdidos. Niko se puso perraco y empezó a culear desde abajo penetrando ese culazo tragón. Volvieron a las andadas. Thiago se puso bocarriba y se cascó un pajote mientras Niko se lo follaba. Un escupitajo certero cargado de lefa le cruzó el torso depositándose entre sus pectorales, resbalando por su abdómen.

Niko lo recogió con los dedos y lo usó para engrasarse la polla, le hizo ponerse a cuatro patas y se pajeó con la dulzura de su leche sobre su miembro, apuntando con el cipote hacia la raja del culo. Su intención iba a ser meterla y dejarse llevar, pero no aguantó y se corrió encima de la espalda del chaval, dejándole unos buenos lechazos encima. Entonces sí, con la polla corrida y los grumos circuncidando su cipote, se la metió por el ojal, terminando de correrse al calorcito de esa hoguera, observando esa ristra blanca de lefazos que le había depositado sobre la espalda.

Recogió toda esa lefa con los dedos, la condujo hacia el hueco de su culo y volvió a metérsela. El ojete, incapaz de tragar más leche, estaba rebosando semen que se quedaba impregnado sobre la enorme polla vistiéndola de novia, toda blanca, todo un pepinote lleno de crema, una delicia para la vista.

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