La hendidura del culazo de Steven Angel era realmente apetitosa. Niko Demon se encargó de darle cera antes de follárselo sin condón. Un poco de trabajo de campo a base de lengua y otro poco levantándose y presentando su gruesa y larga pija de unos impresionantes veintidós centímetros en la raja apuntando hacia el agujero, algo que ponía tan cachondo al chaval que terminaba gimiendo de placer, deseando que se la clavara.
Antes de eso Niko iba a necesitar que le regalara amor con la boca con una buena mamada, porque aunque tuviera un culo en apariencia tragón, Niko sabía lo que tenía entre manos y su polla no era cualquier cosa. Steven se la empezó a chupar lentamente, saboreando cada centímetro de rabo entre sus labios. Lo hacía tan suave y con esa cadencia ininterrumpida, que a pesar de no ser como otros que se las comen a trangullones, conseguía ponerla durísima y a punto de caramelo.
De repente hizo hueco y se la tragó hasta las pelotas. Volvió a hacerlo bajo la atenta mirada de Niko, que no reculó en el asiento ni un solo paso. Se mantuvo firme mientras el gigantesco pollón se clavaba en el interior de su boca, pasando por su garganta. Una arcada con el pollón todo entero dentro, la saliva expulsada por la tos mojando el rabo y sus alrededores.
Ahora que se la había dejado algo mojadita, era hora de volver a intentarlo a ver si entraba. Vaya que sí que entraba. Le metió la puntita y adoró de nuevo cada uno de esos gemidos cada vez que le introducía el pene por el recto. Todavía se resistía a dejárselo meter entero. Niko se agachó y repitió trabajo de campo con boca y lengua, Steven se preparó mejor, echando las rodillas hacia adelante y abriendo más el pandero.
Vuelta a intentarlo, esta vez Niko se metió de lleno dentro de él inundándolo de gusto. Le plantó las manos en las caderas y el culo y empezó a follárselo. Entraba ajustadísima. Por un momento a Niko se le pusieron los huevos por corbata, cargaditos de leche, a punto de reventar. Por suerte respiró hondo y aguantó ese momento de debilidad.
Se echó a un lado y siguió metiéndosela, consiguiendo que el rabo rozara el cachete izquierdo cada vez que le perforaba, lo que le daba más gustito todavía y también hacía que Steven lo recordara para siempre, porque al metérsela en diagonal, presionaba puntos de placer que ningún otro hombre le había tocado. Cómo podría olvidarse de Niko, jamás, ese tio con una cara tan atractiva de follador nato, de malote, delgadito, de cuerpo atlético y tan pollón que sabía perfectamente cómo tratar a una buena puta en la cama.
Sin duda sabía cómo abrirse hueco con la polla. Cubrió a Steven por detrás dejando el culo entre sus muslos, se abrazó a él y lo fusiló a pollazos, tan profundos que bien mirado desde atrás, sólo se veían dos culos uno encima del otro y entre las piernas de Niko, sus pelotas llenas de esperma. Steven miró hacia atrás y se encontró de frente con la cara de Niko, excitado, cachondo. Ese tatu encima de su ceja, sus ojazos, las arrugas de su frente al hacer un gesto de esfuerzo. El culito de Steven se abría solo por un tío así de buenorro.
Le cabalgó el pollón ensartándose en él, bombeándolo con su poderoso y despampanante culazo blanco y redondito. Todo un sacaleches. Niko le agarró las nalgas fuerte con sus manos y le ayudó a impulsarse, le dejó que se tumbara sobre su torso y acabaron más juntos y unidos que nunca. Luego se retiró un poco hacia atrás para ver cómo el rabo de Steven retozaba por su vientre cada vez que el chaval saltaba. Todo sumaba.
La imaginación de Niko no conocía límites. Steven, tumbado bocarriba en la mesa, flipaba al ver cómo Niko encontraba de nuevo otra postura perfecta para trincarle el culo como si fuera un pavo. Ahora tenía a Niko agarrándole con una mano por detrás del cuello, un pie enla mesa, el otro en el suelo y se lo estaba follando en diagonal y desde arriba. Si lo que pretendía era darle gusto por todo el ojete marcándose un 360, lo estaba logrando.
Steven no podía dejar de mirar esa cadenita que Niko llevaba colgada y que rebotaba sobre su firme y musculoso torso cada vez que lo penetraba, su cara de empotrador, su pelo con degradado y líneas que le daban un aire molón. Estaba buenísimo. Steven se abrió de piernas y dejó que se la enchufara a toda hostia. Menuda pija tenía el cabrón.
Volvió a darle culo para que se la metiera por detrás y comprobó que por la retaguardia se comportaba de forma más agresiva, dándole tan fuerte que le destrozó el ano. De nuevo bocarriba, Steven se corrió encima. Niko aguantó unos embistes más, sacó la polla del culo y lelefó la parte baja de los huevos, pero rápidamente, sin perder un solo segundo, se la volvió a colar por el agujero cargadita de leche. La sacó de nuevo, observando su falo duro, enorme, mojado y esta vez no de babas precisamente. Y del culo a la boca, los labios de Steven se encargaron de chupar ese pollón venoso y firme, recién corrido y que sabía a gloria.
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@ fotos por Oscar Mishima
