Derek Defendi y Buck Richards preñan a Andrew Powers y le plantan los cojones en la cara junto a Rave Hardick, Emrys Angel y Jeremiah Cruz | Pig Bottoms
Keeping Scores
Dirigiéndose hacia el local donde le habían chivado que se habían juntado varios chicos para follar, a Buck Richards ya le empezaba a pesar el rabo en los calzones. Desde que había descubierto eso de las quedadas, conocer a chicos nuevos todos los días, rabos de todos los tamaños, colores y formas, se había convertido en su nuevo entretenimiento preferido.
Fue Rave Hardick el que le condujo escaleras arriba. Allí, en una habitación destartalada y sin muebles, un grupo de chavales ya había empezado la fiesta. Se quitaron la ropa y se unieron a ella. Buck ya la tenía enorme y el hecho de sacársela de los calzones toda morcillona hizo que saliera toda burra, larga, gorda y cayendo por su propio peso.
Se fue directo hacia el culito respingón de Jeremiah Cruz, aunque enseguida se metió entre sus piernas para clavarle una mamada a Andrew Powers, que en ese momento estaba de rodillas comiéndole la polla. Sin querer, Buck se quedó a cuatro patas, con su culo al descubierto, el agujero de su ano bien abierto para cualquiera y, entre sus muslos, su pedazo de polla cada vez más grande y dura meneándose al ritmo de la mamada.
La cara de Andrew era la de un tio resistiéndose ante los placeres de la vida, intentando no correrse dentro de la boca de ese nuevo invitado. Se retiró para ver a ese tio chupársela y se encontró con una buena comida de huevos. Qué buena adicción para la orgía. Al fijarse un poco más en su cara de empotrador y en el tamaño de verga que se gastaba, decidió echarse hacia atrás y abrirse de piernas para él.
Buck se encontró con un agujero rosáceo y precioso. Se lo trabajó un poco a morro, luego se puso de rodillas delante de él, le presentó toda su voluminosa verga dándole cachetazos encima para que se abriera al sentir los golpes de esa enorme pollaza larga y gruesa y sin ningún problema fue capaz de meterla sin condón dentro de ese agujero tan estrecho.
Al menos la primera mitad del rabo. Cómo gemía el colega al sentir ese pollón desgarrándole el ano. Buck hizo oídos sordos y siguió trabajándose ese agujero como mejor sabía, empotrando. Le encantaba lo que veía mirando hacia abajo. Su gigantesca polla agujereando ese culito blanco y suave. Junto a él, Emrys Angel estaba de rodillas chupando los rabos todavía morcillones de Rave y de Derek Defendi.
Enseguida Buck se hizo con el control de la fiesta. El tio se movía como nadie. Tan pronto estaba follando culo como chupando rabo o comiendo hueva. Andrew estaba encantado con ese chico. No le costaba abrirse a él. Para calmar esa mezcla de dolor y gusto, tenía el vergón de Jeremiah justo a tiro de lengua. A un paso de distancia, Emrys ya había conseguido enderezar las pollas que todavía no estaban tiesas dentro del local y su sorpresa fue mayúscula al descubrir que Rave la tenía más grande que nadie allí dentro, uno de esos rabos tan descomunales que sólo te cabe el cipote en la boca, y da gracias.
No hacía falta encendedor para calentar el ambiente, pero Buck echó más leña al fuego y convirtió ese encuentro en una orgía de cerdacos. Intentando probar cosas nuevas, de repente se le ocurrió sentarse sobre la cara de Andrew, desplegándo sus cojonazos encima, separando un huevo a cada lado de su nariz, tapándole los ojos con cada uno de ellos y solatando la polla para que cayera encima de su cara toda grande y dura.
Todos los chicos se acercaron a ver esa idea salida de la mente de un auténtico cerdo. Andrew con los ojos tapados por los dos cojones, el pollón rebotando sobre su cara y él sacando la lengua, completamente excitado, intentado atraparla para metérsela en la boca. Se echaron unas risas y siguieron follando, pero desde ese momento algo cambió en sus mentes y se volvieron más locos e imaginativos.
Andrew ya estaba completo, con un tio dándole rabo por la boca y otro rellenando su ojete. Sus gemidos apagados con una polla enorme dentro de la boca ponían cachondos a los demás y les incitaban a dar caña. Emrys se había tumbado justo a su lado y se había contagiado del ambiente. Ya tenía a Rave preparando su culito y a Buck morreándole, preparándolo para cuando Rave se la metiera.
Buck le metió la polla por la boca, aporreándole la frente con los cojones colgantes, sin duda el alma de esa fiesta. Y entonces Buck repitió la jugada. Se sentó sobre la cara de Emrys y le planto los cojones encima de los ojos. Las fosas nasales de Emrys se desplegaron, olisqueando esos huevazos enormes cargados de semen. Luego de nuevo la polla enorme y dura, venosa, entrando entre sus labios.
Mientras a Andrew le metían una buena follada por los dos agujeros y al pobre se le escapaba el precum encima, decorando los pelillos alrededor de su ombligo, Emrys se daba el lote con los dos tios más pollones de la sala. Con tanto morbo a su alrededor, Derek no pudo aguantar los galones. Estaba penetrando a Andrew a pelo cuando sintió la llamada de la naturaleza.
No le dio tiempo a salir o es que a lo mejor no quiso. Bombeó el culazo de Andrew con una buena preñada e inició un camino sin retorno. El culito abierto de Andrew quedó a la vista de todos, con el semen saliendo de sus entrañas. Jeremiah le dio la vuelta, cogió un rotulador y dibujó tres rayas en su nalga izquierda, marcando el número de veces que Derek le había disparado dentro.
A partir de ahora Andrew no sería un chaval, sería un objeto de placer sólo para los hombres, un contador de descargas. Para añadir un plus, Buck se inclinó, sacó la lengua y relamió la raja del culo de Andrew, recogiendo con ella el semen de Derek. Buck fue el siguiente en meterle la polla de nuevo, solo que esta vez, por la postura, a Andrew le dolió más y le dio un tremendo gusto.
Estando bocabajo, su culo estaba más cerradito y costaba más agujerearlo. Buck tuvo que emplearse a fondo teniéndola tan larga y grande, pero sus cojones calientes y grandes rozando el interior de los muslos de Andrew consiguieron que el chaval le dejara las puertas abiertas. Convertir ese encuentro en un gang bang hubiera sido demasiado simple y aburrido. Derek, dejándose llevar por la imaginación que Buck había impuesto desde que llegó, probó a ver si el propio Buck se dejaba.
Empujó la espalda de Buck para que se inclinara. En cuanto vio que el tio se dejaba y que echaba la mirada hacia atrás esperando su llegada, Derek, otra vez listo y empalmado, se la metió a pelo por el culo y entre los tres se hicieron un trenecito sin condones. El empotrador pollón dejándose dar por culo. Aquello reventó la mente de todos y les dejó sin palabras y sin querer escapar de esa fantasía.
Con el movimiento, el pollón de Buck se salió del ojete de Andrew y se quedó entre sus piernas, todo duro y caliente. Los tres se encontraron cómodos y decidieron seguir juntos pero explorando otros caminos. Derek tomó asiento, Buck se sentó en las piernas de Derek dándole la espalda, clavándose su polla dentro del culo, Andrew sobre las piernas de Buck, de frente, ensartado en su rabo. Derek empezó a culear desde abajo y los tres empezaron a moverse, a saltar levemente, sintiendo las clavadas bien adentro.
No se conformaron con eso. Parecían dispuestos a romper con todo, a conseguir que cualquiera que les estuviera mirando se pajeara hasta perder el control de sus emociones. Entre los dos hicieron la sillita de la reina a Andrew. Buck cogió al chaval por los brazos, ayudando a que Derek le penetrara en volandas. Andrew se mecía hacia adelante y hacia atrás, sintiendo la poderosa verga de Buck, toda morcillona y colgando, golpeándole la espalda.
Ver el mingazo de Buck meciéndose era un puto placer para la vista. Los tres eran los protagonistas. El resto de chicos ya había cogido posición alrededor de ellos, pajeándose, como si estuvieran viendo un espectáculo en directo. Lanzaron a Andrew sobre el colchón en el suelo y a Buck se le ocurrió que podía dar un pequeño placer a Andrew dejando que este le comiera el culito, haciendo entre los dos un sesenta y nueve.
Derek volvió a trincárselo y esta vez Andrew no pudo aguantar más las ganas, se corrió disparándose unos buenos lechazos encima, dándose caña con una mano mientras con la otra sostenía el pollote de Buck. La corrida le dejó satisfecho hasta la demencia, riendo como un loco. Ya era hora de acabar y de rematar aquello. Ahora Andrew era todo para Buck.
Se lo folló a pelo y bocarriba, con todos alrededor mirando y pajeándose. Que se divirtieran los chicos. Le encantó separar esos muslos con sus piernas fuertes y varoniles, entrar dentro de Andrew, follárselo, mirarle a los ojos mientras lo hacía. Cuando le vinieron las ganas de correrse, dejó la polla dentro de su culo y le preñó el agujero.
Le temblaron las piernas, pero se resistió sacarla, el ojete del culo se le empezó a abrir y a cerrar, acompañado del bombeo. Sólo cuando tuvo la certeza de que le había dejado toda la semilla dentro, la sacó, con todos los lefotes colgando del rabo, el culete del chaval llenito de su leche. Buck se encargó de dibujar la última raya en la nalga del chaval en la que habían comenzado esa cuenta.
Se lo habían pasado tan bien, que al día siguiente repitieron, explorando con una de las posturas que más les había gustado, el trenecito vertical. Derek enculando desde abajo, Buck en medio y Andrew arriba. En este segundo intento, Andrew se corrió encima del pecho de Buck y luego recogió su corrrida para que Buck se la chupara. Se besaron con los labios y las bocas llenos de semen, como dos buenos cerdacos.