Kendro Boy se deja follar a pelo por el guapísimo chulazo David Torres | Latin Leche

Kendro’s Farewell Gift

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Desde que Kendro Boy no se daba una vueltecita por las calles de Buenos Aires buscando tema, se le habían olvidado esos nervios previos a llevarse a un tio a la cama. Enseguida se fijó en David Torres, un tio con una pintaza de hetero al que tenía que entrar sí o sí. El tio era guapo a rabiar. Barbita, bigote, ojazos, pelo cortito con degradado por los lados. Y además estaba buenísimo, luciendo musculitos con esa camiseta sin mangas que llevaba puesta.

Al acercarse, las pulsaciones de Kendro aumentaron. El chaval era mucho más guapo de lo que había apreciado de lejos. David trabajaba cerca de allí, era camarero y estaba tomándose un descanso. Kendro le propuso ganarse una paga extra haciendo cosas entre chicos. Aunque un poco contrariado, David aceptó y acabó en la habitación de Kendro, que no puso resistirse a tener a ese chulazo a tiro.

Le plantó una mano en el pecho sobre la camiseta, apreciando su musculatura y le preguntó si podía quitarle la camiseta. La respuesta de David fue que podía quitarle lo que quisiera, así que dicho y hecho, Kendro dejó a ese tio en pelota picada. Esa medallita de plata que llevaba colgada al cuello, contrastaba perfectamente con el tono bronceado de su cuerpo y le quedaba de lujo, dándole un aire de empotrador que hizo que a Kendro se le abriera el ojete del culo de par en par.

Se fijó en su torso musculado, en sus pezones separados sobre unos pectorales firmes y fuertes, en esa linea de pelo que nacía entre sus pechos y bajaba por sus abdominales, por su ombligo, interrumpiéndose brevemente por la zona en la que normalmente descansaba la goma de los calzones para continuar hacia abajo y perderse. Al tio se le había puesto dura y Kendro bajó a mamársela.

La tenía perfecta, larga y gordita como esperaba de ese cuerpazo. Le rechupeteó el cipote como si fuera un helado, arrastró los labios por su extensa superficie y luego se tumbó en la cama abierto de piernas para que David hiciera con él lo que quisiera. Ese guaperas se puso las botas con su culo, no sólo comiéndoselo y abriéndolo a base de lengua, sino después rematándolo en una follada a pelo inigualable. Kendro se cabalgó su polla y se retiró para ver cómo David se hacía una paja. Sus músculos y su cara en tensión mientras la leche escapaba de su gorda polla. Kendro se inclinó y le relamió las heridas.

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