Viktor Rom se vicia follándose los tremendos culazos de Riddick Stone y de Kevin James sin condón
Temas masculinos
Algunos hombres sabían jugar muy bien sus cartas y cuando se trataba de conquistar a otro no dudaban en poner toda la carne en el asador para cumplir su objetivo. Viktor Rom se dejó seducir por Riddick Stone y por Kevin James. Todo fue tan rápido que no le dio tiempo a reaccionar. Estaba tomando un trago de la copa en la barra del bar y de repente tenía a dos tiarrones comiéndole la oreja y sobándole el paquete.
Desde luego esos tipos no se andaban con chiquitas. En lugar de lo normal, presentarse, tantearse un rato y luego ir al baño a ver si te había tocado premio con tu nueva conquista, ellos iban directos a ver si entre las piernas de Viktor había premio. Y descubrieron para su sorpresa que había uno pero bien grande. Así se pusieron de cachondetes en la cama cuando se fueron al piso.
Viktor también tenía la huevera de los calzones a punto de reventar, de lo dura que tenía la polla que trataba de hacerse un hueco para salir y lo único que hacía era fastidiarla más empujando la tela hacia adelante y hacia abajo. Y más que le crecía cada vez que veía a esos dos machotes viciosos deseando su rabo, dos tiarrones rapaditos, con barba, atractivos, fornidos, con mucho pelo en el cuerpo y unos culazos explosivos.
El de su izquierda era más jovencito, todo un guaperas seductor que con una sola mirada te desnudaba. El de la derecha era un daddy curtido en batalla como él, que tenía claro lo que quería. Tras comerse las bocas regalándose mucho amor, Viktor empujó sus cabezas y les animó a comerle la verga. Dos bocas calentitas saboreando su rabo, pasándose el testigo una vez la habían dejado bien envuelta en babas. Le encantó la carita del más joven, cómo miraba atentamente la forma en la que el otro se la comía, intentando aprender cómo se hacían las cosas.
Les empujó sobre la cama para dejarles a cuatro patas sobre el colchón. Dos pedazo de culos para él, el festín que más le gustaba. Se agarró primero al del daddy y luego fue a por el del chaval follándoselo sin condón y con mucho tiento para dejarle un buen sabor de boca. Ver ese culo tan grandote y que estuviera tan jodidamente apretado le volvía loco.
Los puso formando una pila, de tal forma que apenas tuviera que doblar un poco más o menos las rodillas para poder engancharse el ojete que le diera la gana. Así funcionaban las cosas con Viktor en la cama. Los culos así de hermosos eran su perdición y cualquiera que cayera en sus redes estaba abocado a sufrir la ira de su enorme y gordísima polla. Le cabalgaron el rabo y termiaron como empezaron, comiéndole la polla a dos bocas y llevándose todo el semen dentro de ellas.