Sir Peter, Mateo Zagal y Daddy Cakes meten gang bang a pelo y bukkake a Benjamin Blue para celebrar el año nuevo | Men At Play
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Una sociedad se crea cuando dos o más miembros de la misma se proponen formarla. Daddy Cakes, Mateo Zagal y Sir Peter tienen una muy especial que sólo se pone en funcionamiento la noche de nochevieja, cuando entre los fuegos artificiales recibiendo el año nuevo, salen de caza buscando a un chavalito guapo y con buen culo que esté dispuesto a satisfacer los deseos de tres machos con ganas de morbo y folleteo.
Lo hay, siempre lo hay y cuando no lo encuentran de forma natural en la fiesta, lo buscan. Esta noche todos coincidieron en que les gustaba uno, Benjamin Blue, un chico con unos ojos azules y una carita angelical. Se miraron y pusieron en marcha su juego de seducción. Mientras uno se acercaba por detrás y, aprovechando la multitud, le rozaba el culo con el paquete sin querer queriendo, haciendo que notara toda la erección, los otros dos se ponían a su lado, le cogían las manos y las llevaban al frontal de sus pantalones.
Para marcarlo, uno de ellos se quitaba el cinturón y se lo ataba al cuello. Un rato después, cuatro hombres andaban en dirección contraria al resto del mundo, escapando de la algarabía hacia el coche que les llevaría a su destino. Ya en el chalet, Daddy, Mateo y Sir Peter se ponían las capas y tomaban en posesión al chaval al que habían encerrado en un armario con un antifaz puesto en los ojos como parte del ritual.
Lo arrodillaron en el suelo, todavía sin dejarle mirar, y le ofrecían sus grandes y hermosas pollas. Ya las tenían bien duras, pero esa boquita se las puso más tiesas todavía y bien mojadas. Tras comerse las de Daddy y Mateo, el fundador Sir Peter se acercó y le presentó su gigantesca verga enorme y gorda en toda esa jeta guapa, se agachó, le dio un beso y le quitó el antifaz. La cara de sorpresa de Benjamin al ver esas pedazo trancas fuera de las braguetas de los pantalones de vestir fue mayúscula.
Le rodearon paseando las pollas por su cara, buscando sus labios, su boca. Se sentaron los tres en el sofá pajeándose y mirando a Benjamin a cuatro patas esnifando los zapatos y le dieron de comer pinreles antes de empezar a follárselo a pelo. Descubrir ese culito de melocotón, tan blanquito, redondete y suave les puso a todos tiernos. Uno a uno fueron pasando por detrás para inflar ese agujerito a tope de rabo. Estaba delicioso.
Las trancas grandes, gruesas y desnudas atravesando el ojete del chaval y él gimiendo con otra polla en la boca. Volvieron al sofá con las lanzas en alto, esperando a que Benjamin les fuera cabalgando por turnos, pasando de un hombre a otro como una puta, ensartándose en sus gamberras pollazas, mientras los otros dos ayudaban a que ese culazo rebotara clavándosela hasta los huevos y observaban la penetración. De nuevo de rodillas, esos tres machos se la pelaron encima de su cara bonita, dispuestos a lanzarle encima sus primeras leches de ese nuevo año.