Aniello se desnuda por completo mostrando su cuerpo musculado, su culazo y su polla larga y bonita | The Male Muse

23 noviembre, 2023

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Hay algo en el hecho de quedar con tios a los que no conozco que me excita. Encender el móvil, darle a la app de turno, comenzar a ver fotos y ya sea por la cara, los ojos, sus cuerpos o el tamaño de sus pollas, empiezo a darle sin control hasta que escucho el «clin» del mensaje que me llega porque he hecho match con alguno al que le gusto. Se llama Aniello y está muy rico.

Sé que en las fotos la gente intenta mostrar su mejor cara, su mejor todo, que cuando llega la hora de la verdad me entra la bajona porque no es lo que esperaba, como cuando lo pides por Ali Express y te llega a casa, pero con Aniello me pasa justo al contrario. Le abro la puerta y creo que intuye la cara de tontorrón que pongo, de enamorado, al ver que es mucho más guapo y que está más bueno todavía en persona.

Más alto de lo que me esperaba. Por un momento olvido para lo que ha venido. Como si fuéramos a tomar un café antes de ir a la cama. Él me lo recuerda preguntándome dónde está la habitación «para que nos la chupemos y follar» dice. Joder. Me hace caer en la puta realidad y entonces mi mente se debate entre la pena porque quiero conocerle más y lo cachondo que me he puesto por lo directo que ha sido.

Señalo la puerta de al lado y antes de cruzarla ya se está quitando la ropa. Se sienta desnudo al borde de la esquina de la cama. Tan sólo se ha dejado los calcetines puestos. Todo lo que veo me pone perraco. Su barbita, la cadena de plata colgando del cuello, rozando sus pectorales, sus piernas fuertes y peluditas. Sólo deseo abrirme de piernas para él y observar cómo se lo trabaja follándome a saco y sudando.

Se levanta para acercarse a mí y empezar a conocernos mejor. Le veo la minga, bien larga y gordita, encapuchada como un buen chorizo, meciéndose entre sus piernas, golpeando levemente los huevazos que tiene detrás bien colgando. Me besa, le siento cerca, su pene rozándome la pierna. Echo la cabeza hacia atrás y me camela el cuello, seduciéndome, haciéndome suyo.

Se retira un paso atrás. Imagin que ahora me tratará un poquito mal, como me gusta, me pondrá contra la pared o me empujará sobre le colchón para follarme y luego se largará tras meterme su semilla dentro. Entonces se tumba en la cama, bocabajo, se abre de piernas dejando que admire un rato su cuerpo desnudo, su precioso culo, las pelotas y el rabo que asoman entre sus muslos. Me mira. Parece que hoy nadie va a explorar mis profundides, nadie va a dejarme su estirpe dentro. Hoy voy a ser yo el que cometa tal fechoría.