Manuel Reyes cede a las órdenes de su cliente Zac Johnson y se lo folla a pelo en su propiedad | Men At Play X Raging Stallion
Strong Suit Ep 2: Hot Property
Conseguir vender una propiedad en un entorno paradisíaco como las costas de España, justo al lado de la playita, era un negocio seguro y redondo. No había mes en el que Manuel Reyes no plantara unos papeles de compra venta encima de la mesa para que tios como Zac Johnson, magnate multimillonario que quería un lugar donde pasar sus vacaciones en verano, los firmaran. Todos se quedaban prendados de las vistas, del chalet, del lugar y, a veces, de los ejecutivos comerciales.
Parece que Zac no había ido sólo a firmar el contrato antes de subirse de nuevo al avión de vuelta a su país. El tio quería llevarse un buen recuerdo de España. Con un par de cojones, Zac se acercó demasiado a Manuel, invadiendo su espacio vital, mirándole de cerca. Manuel se quedó con la boca abierta al ver que ese tio se llevaba las manos a la bragueta. Escuchó el sonido metálico de la cremallera abriendo los dientes, luego Zac echó un poco el culete hacia atrás, se metió la mano y se sacó la polla y los huevos.
Y así, como si fuera un acto de lo más natural, quedándose tan ancho, Zac dejó su rabo largo, encapuchado y morcillón colgando por fuera. Su actitud fue de una seguridad aplastante, como si tuviera una confianza total en que el tamaño de su polla podía hacer el resto. Podía haberse quedado de brazos cruzados y todo en plan vigilante de puerta de discoteca y eso podría haber descrito su actitud en ese momento.
En una situación normal, Manuel le habría mandado a la mierda. No le gustaba la actitud de prepotencia en los tios, por mucho que llevaran razón, fueran guapos o la tuvieran enorme. Pero esa polla era tan bonita y tenía pinta de crecer tanto… había tanto amor en esos ojazos claros… que no pudo resistirse a alargar el brazo y tocársela. Sostuvo sobre algunos de sus dedos esa cola. Era pesadita. Miró a Zac, que se estaba relamiendo. En el idioma innato de los varones eso significaba: quiero que me la chupes.
Que fueran prepotentes no le molaba, pero que fueran dominantes era otro cantar. En ese momento Manuel se vio sobrepasado por las circunstancias, empujó a Zac dejándolo caer hacia atrás, casi tumbado en la encimera de la cocina y le comió la polla. Vaya que si creció, nunca se equivocaba al ver una buena chorra. Se volvió más larga, más gorda, se puso durísima y venosa como Hulk.
Manuel pensó que le tocaba poner el culo, pero cuando comenzó a bajarse los pantalones, Zac se arrodilló para comer el rabo. El tio resultó ser todo un mamonazo. Se dio el gusto de jugar con su polla rodeándola con la corbata para seguir tragando y al levantarse volvió a sorprenderle dándole la espalda, bajándose los pantalones por detrás lo justo para descubrir su culito e hizo que Manuel se lo follara a pelo allí mismo.
El tio estaba entregadísimo, pilló a Manuel por sorpresa. Cuando percibió que se estaba emocionando demasiado, a punto de correrse, por su respiración agitada, por sus gestos, al incorporarse y empezar a cascársela, Manuel pensó en que no se podía manchar el piso, pues el gerente iba a visitarlo esa tarde. Con mucho tacto, se quitó la corbata, se la puso encima de la palma de la mano y luego lo colocó como un paño debajo del rabo de Zac. Ahora sólo podía rezar para que ese cabrón no fuera uno de esos lanzadores de jabalina.
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