El guapísimo malagueño Jhon Whitex se desnuda y muestra su largo, enorme y firme pollón | Fucker Mate
No tendría dudas. Si entrara en los vestuarios y me encontrara a Jhon Whitex al fondo, apoyado contra la pared, con las manitas en los bolsillos de los pantalones del chándal, mirándome de esa forma, me entregaría a él por completo dejándome cegar por la mirada de sus ojos, por sus besos, por su arrebatadora forma de poseerme entre sus brazos mientras me susurra con ese acento malagueño al oído las mil y una guarradas que está deseando hacer conmigo.
La voluntad, que es lo que me hace ser más humano, la perdería con él en cuestión de segundos, antes y después de ver su pedazo de verga de más de veinte centímetros rozándose contra mi muslo, metiéndose entre ellos, rozándome la zona más sensible de mi cuerpo, mis pelotas asentándose sobre ese pollón inigualable, largo y durísimo como una roca.
Y aunque querría tenerle dentro de mí y descubrir su arte haciéndome el amor, la mamada no se la quita nadie. Poder tener a un palmo de distancia la visión de esa majestuosa pollaza bien grande y dura, plantarle la mano encima y sobarla, sentir su fuerza, su potencia, su calentura, poder metérmela dentro de la boca, dejar que me la rellene por completo, notar su suave cipote mojado de precum rozándome los labios, la lengua, introduciéndose más hacia dentro, hacia mi garganta.
Cuando termine de follarme, volveré a caer de rodillas y le pediré que lance toda su leche en la jeta. Quiero sentir su semilla caliente sobre mi cara, su semen resbalando por mi frente empapándome como sudor, cayendo a un lado y a otro hacia las orejas, chorreando por las patillas, chuparle la polla una vezs más, esta vez bien corrida, saborear su esperma y tragármelo, mirarle a los ojos mientras lo hago, para que le quede claro lo mucho que me gusta.
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@ fotos por Oscar Mishima