El musculoso Shy Montana se envicia a pelo con el culazo de Allen King | Lucas Entertainment
Chasing Some Dick
Qué puta fantasía hecha realidad. Hacía tiempo que un hombre no conseguía acelerarle el pulso a Allen King hasta esos niveles. Shy Montana le sacaba de alto más de una cabeza. El tiarrón era como un armario empotrado, puro músculo. Era una delicia admirar su cuerpazo negro bañado por la luz del sol. Con esas manazas y todo tan grande, Allen no podía imaginar otra cosa que estar en sus brazos y convertirse para él en puro entretenimiento.
Podía sentir ya sus manos grandes agarrando sus nalgas por debajo como si fuera un balón de baloncesto, impulsándole hacia arriba y dejándole caer para penetrarle con su polla. Antes de eso se la comió bien comida y saboreó cada parte de su cuerpo, deteniéndose especialmente en sus biceps, en sus pectorales, en sus sobacos, escupiéndole encima y relamiendo todo lo que le apetecía.
Esa bestia parda le folló como esperaba que tuviera que follarle un hombre, con mucho de rabia y vicio y un poquito de cariño. Abrirse de piernas para semejante especímen fue fácil y lo disfrutó recreándose la vista con su espectacular torso macizo, agradeciendo el calor de la palma de sus manos agarrándole por los tobillos para abrir ese culito apretado a su antojo.
En vertical, Shy vencía, pero en horizontal era un mano a mano en el que Allen siempre llevaba las de ganar. En igualdad de condiciones, su culo redondito, precioso y pajeador conseguía reventar pollas como la suya y llevarlas al límite. Un buen pollón bombeado con saña, sin poder escapar al influjo que lo llevaba a su perdición. Tras el agradabe momento que pasó en volandas abrazado a su cuello, empalado en esa polla, se tiró encima del colchón de la terraza, se abrió de piernas y se cascó un pajote mientras ese tiarrón se lo ventilaba a pelo.
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