El seductor Alberth Pineda se desnuda y muestra el poder de su larga tranca | Fucker Mate
Como dos caras de una misma moneda, Alberth Pineda se transforma en dos hombres distintos cuando se pone y se quita las gafas. Hasta ahora siempre había pensado cuán ciegos estaban los habitantes de Metrópolis para no ver que Clark Kent era en realidad Superman, si lo único que separaba a uno de otro eran unas simples gafas, pero con Alberth me he dado cuenta de que ese elemento puede cambiarlo todo.
Sin ellas se convierte en un perverso seductor que entra en mi mente a través de esa mirada penetrante. Todavía conserva esos pequeños trazos de timidez cuando esconde las manos en los bolsillos, pero se van de un plumazo cuando dibuja una sonrisa en su cara, una que ilumina todo su rostro y remarca el brillo de sus ojos, los pelitos de su bigote y su barbita.
Cuando vuelve a ponerse serio, no puedo evitar fijarme en la forma de su preciosa boquita. Mi corazón se excita y algo más por ahí abajo también. Necesito acercarme y probar sus labios, besarlos, sentir su contacto mientras me entrego por completo al tener esa carita tan guapa y su mirada tan cerca de mí.
Se desnuda y se da la vuelta. Tiene un culete para darle buenas palmaditas y unas piernas fuertes y varoniles. Me echa en cara que le esté mirando, pero qué quiere, si está buenísimo, ¿que aparte mi mirada de algo tan bello? Se da la vuelta y me enseña su tranca. Todavía la tiene dormidita y me parece gigante, descansando sobre sus huevazos, formando una curva desde la base para prolongarse hacia abajo con una longitud que me sobrepasa. Se sienta en la silla y deja caer por le borde su chorraca de veintiún centímetros. Me tiro al suelo y empiezo a comérsela con todas mis ganas. Quiero ser su perro.
VER A ALBERTH PINEDA EN FUCKERMATE.COM
@ fotos por Oscar Mishima
