Ethan Metz se folla sin condón el culazo de Oskar Ivan con su voluminoso pollón bajo la ducha en la azotea y le mete un facial | Tim Tales
Puede que los JJOO de Tokyo 2020 hubieran acabado, pero Oskar Ivan ya estaba disfrutando de la bienvenida de Paris 2024 de la mano del francés Ethan Metz, que con su gruesa y descomunal polla le estaba rellenando el culo como ningún otro hombre se lo había completado antes.
Con la calima pegando fuerte y más de 40º a la sombra, los dos acabaron por subir a la azotea, donde el verdor de las plantas y algo de brisa les proporcionaron un leve respiro, amén de la ducha que decidieron pegarse completamente desnudos. Fue casi instantáneo. Al sentir el contacto del agua fría contra su cuerpo, Ethan se puso bien contento y la pirula empezó a expandirse como si no tuviera fin, a lo largo y a lo ancho, rozando contra los muslos y las nalgas de Oskar que estaba dado la vuelta.
Al sentir el contacto de ese pirulón caliente como el fuego, se puso cachondo y acabó de rodillas comiéndose esa cacho polla en un acto de fe. Primero la puso encima de su cara para sentirla cerca y luego se llenó la boca de rabo como nunca. El pollón era tan voluminoso que el mismo cipote le dejaba satisfecho, pero el hambre voraz que despertaba en él la visión de un miembro viril tan grande y hermoso le hizo comer como un desgraciado.
Su culo tragó igual de bien y en la misma medida. Toda entera, sin condón, veintitrés centímetros de carne inundándole el agujero del culo de puro placer. Hasta se sorprendió a sí mismo con los gemiditos que le provocaba, gemiditos de auténtica putilla que supo valorar en su justa medida. Él sólo tenía que poner el culo o quedarse bocarriba y admirar la carita de ese atractivo francés que le estaba follando a dos bandas, con la pirula y con la mirada.
Follaron bajo la ducha, le cabalgó sentado en el sofá y quiso poner la cara cerca de su rabo cuando se corriera. Se la pajeó a mano llena y no paró hasta que unos chorrazos de esperma largos y espesos le ensuciaron la cara y la barbita. Miró a Ethan para que viera lo bonita que se la había dejado y se enamoró de su sonrisa, la clases de sonrisa que te suelta un cabronazo que acaba de ver cómo otro tio le ordeña la polla y disfruta de la lefa sobre su jeta.