Llega de hacer deporte, todo sudado, con sus pantalones azules cortos. Jesse Tobey tiene unas manos prodigiosas, tanto para dar masajes como para agarrar mancuernas. Sabe cómo abrirse camino a través del cuerpo de un tio con sus labios y su lengua para provocarle una erección y cuando lo tiene empalmado le coge la tranca, la empina y se la chupa.
Es un pajeador de pro. Brian Jovovich retira la vista porque si no, así recién levantado, le va a reventar de un lefazo. Prefiere aguantar, pero Jesse el muy cabrón le busca con la mirada, quiere que vea cómo se la menea, cómo forma un círculo de ok con su dedo índice y el pulgar y masajea su largo rabo de abajo a arriba. Jesse se pone de rodillas y suelta su polla, quiere lo suyo.
El tio está buenísimo, tiene un cuerpazo y bajarle los pantalones es un placer, porque siempre tiene la chorra a punto, morcillona y gorda esperando una boca. Cruzan pajas, se miran con vicio intercambiando sensaciones. Cuando uno se agarra su propia polla sabe qué fuerza darle, pero cuando agarras una ajena, tienes que encontrarle le punto mirando al otro tio a los ojos. No queda otra a no ser que te guíe.
Ver a cuatro patas a Jesse es una gozada. Está tan super follable el rubito, tan cachas, es como tener un jugador de rugby sobre la cama, preparado para que le des por culo cuando quieras. Tiene el culo durito, pero muy agradable. Brian empuja y le mete la verga sin condón sintiendo cada centímetro. El chavalito se muerde el labio inferior y gime por lo bajo. Se muere de gusto.
Menuda retaguardia tiene ahí detrás montada, con ese par de nalgas duras y musculosas. Brian ha conseguido que baje la guardia. Adora tenerle saltando sobre su pija, gimiendo como una putilla, con la porra rebozándose por encima de sus abdominales. Brian no aguanta más, le saca el pollote y le pringa los pelos de la raja del culo y el ojete.
Brian mira de cerca la gorda polla del chaval. Jesse le pinta una linea de lefa en el bigote y le mete un lefazo directo dentro de la boca,dos, tres, un chorrazo a la mejilla, dos más cerrándole las fosas nasales, un impacto fuerte sobre su labio y el lefazo sale dirigido hacia un lado. En unos segundos le ha dejado los morros guapos y la polla sigue goteando leche sobre sus pectorales. Jesse se inclina sobre él. Brian puede sentir su polla todavía gorda, dura y caliente sobre su estómago. Se besan, jugueteando con la leche dentro de sus bocas, relamiéndola con sus lenguas.