Malik Delgaty pone a comer de su baguette a Liam Alyesto, se lo folla sin condón y se corre en su cara | MEN
Hungry For His Baguette
Escapada a la nieve en parejas. Liam Alyesto admiraba muchas cosas de su amigo Malik Delgaty y entendía por qué todas las chicas suspiraban por sus huesos, también muchos chicos. Su atractiva cara, su musculatura, lo bien que se le marcaba el culete en los vaqueros. La admiración se fue convirtiendo en algo más, en un interés desmedido por saber cómo de grande la tendría y cómo sería sentirle dentro.
Como quien no arriesga no gana, Liam tentó a Malik al regresar del bosque. Mientras todos se quitaban los abrigos, gorros y manoplas, Liam aprovechó que había salido casi en pijama para bajarse los pantalones por la parte de atrás y mostrarle su culo a Malik. Su reacción iba a ser decisiva para saber si tenía alguna oportunidad y no le salió mal la jugada, porque Malik mostró interés por ese trasero poniéndole ojitos.
Por si acaso Malik lo percibió como una broma entre colegas, provocó un segundo intento en la comida, agarrando una baguette a dos manos, poniendo cara de asombro ante su extensa longitud, haciendo como que la pajeaba con una mano, chupando la punta con la boca, todo sin dejar de mirar a Malik, que ahora ya no estaba tan sonriente como antes, sino realmente interesado. Liam no pensaba dejarle tiempo para reaccionar, se sentó a su lado mientras Malik le preguntaba qué estaba haciendo y las chicas se iban a colocar el ajuar de la cocina, le plantó la mano en todo el paquete y se lo empezó a magrear.
Notó que al cabrón se le había puesto dura. Le desabrochó el botón de los vaqueros, corrió la cremallera hacia abajo y ahí estaba, un voluminoso y tieso pijote bien largo esperándole. Se la cogió y comenzó a masturbarlo. Las chicas interrumpieron regresando a la mesa, pero ya tenía a Malik comiendo de su mano y no iba a desaprovechar la oportunidad. Sin dejar baza a Malik, Liam se levantó de la mesa diciendo a las chicas que se iban a hacer cosas de hombres.
Ellas qué iban a imaginar. Malik se levantó la bragueta como pudo escondiendo la erección. Cuando entró en la habitación de invitados, Liam ya le estaba esperando subido en la cama a cuatro patas, con el culo al borde para ser follado. Malik ni de coña iba a hacer ascos a un culo así de redondito, por mucho que fuera propiedad de un tio. Lo acarició con las manos flipando con su textura, deseándolo con ganas, se colocó detrás y se bajó los pantalones.
El tintineo del cinturón fue música para los oídos de Liam. Escuchó cómo Malik se escupía en la mano, esa mano se la llevaba al pene frotándolo y engrasándolo. Luego la enorme polla de Malik enterita dentro de su culo, sin condón. Malik empezó a follárselo, primero lentamente, lleno de sensaciones. Las chicas no solían dejarle entrar por la puerta trasera porque le decían que la tenía muy grande y les dolía. Con Liam no tuvo problemas. El tio tragaba lo que le echasen.
Y cuanto más tragaba, más fuerte y duro se la metía. Le pegó un reventón por detrás. Empezaba a hacer demasiada calor en la habitación, parecía una sauna. Malik perdió la camisa, se arrancó literalmente la camiseta a lo Hulk convirtiéndola en una improvisada camisa blanca. También se la quitó. Liam miró hacia atrás y lo que vio le hizo abrirle más las puertas a su colega. Por fin ese cuerpazo musculado era suyo. Dios, qué bueno estaba el cabrón.
Alargó una mano hacia atrás para ver si era un sueño. No, no era ningún sueño, era real. Acarició el lateral de su culo musculoso y potente. Le dejó entrar con todo. Malik se subió a la cama y protegió ese culazo a toda costa, arreándolo, empujando fuerte con los muslos y el culo, encajándole la polla, estampándole las pelotas, dando buen uso a todos los atributos con los que le había dotado la naturaleza.
Salvado ese momento de máxima intensidad en que los dos se tenían ganas, Malik se tumbó en la cama y puso a Liam a comer pija. Quería experimentar ese momento baguette que tan cachondo le había puesto. Liam se comió la polla como entonces en la mesa con la barra de pan, solo que esta le gustaba más, porque tenía cipote, estaba calentita y escupía leche.
Agora entendía mejor por qué las volvía a todas loquitas en la cama, por qué perdían la razón entre las sábanas y es que Malik se las apañaba siempre para obtener su recompensa. Agarró a Liam del cogote, se hizo con el control de su rabo y le apretó la cabeza contra la entrepierna para que le succionara los huevetes. Si por Liam hubiera sido, se habría tirado todo el puto día comiendo de ese rabo, pero a Malik no le iban las mamadas prolongadas, así que cogió a Liam, lo puso de lado y le hizo la cucharita metiéndole toda la polla.
Liam no podía dejar de mirar hacia atrás. Le parecía increíble. Esa cara de Malik, enfadada, concentrada, sus pectorales macizos, sus fuertes y voluminosos biceps. Malik volvió a tumbarse en la cama, Liam le dio la espalda, se sentó encima de sus piernas clavándose el rabo a pelo, se abrió de piernas y saltó jodiéndole la polla. Malik, hombre de recursos donde los hubiera, en busca del máximo placer, pasó sus piernas por encima de las de Liam, apoyando la parte baja en sus muslos y notó cómo su polla se ponía más dura todavía con la postura, enfilando el ojete de Liam como una lanza de hierro.
Se lo ventiló al misionero, le hizo correrse encima y entonces Liam soñó con ese momento que estaba a punto de cumplirse. Malik dio dos pasos hacia adelante sobre el colchón, saliendo de su interior, pajeándose efusivamente. A Liam le encantó la hostia que le soltó Malik en toda la jeta. La necesitaba. Otro pasito adelante. Ese cabrón iba a correrse en su cara. Otra hostia, más pajeo, un gemido sordo y ahí toda la lechita esparciéndose por encima de su cara, metiéndosele por el ojo, por su boca, chorreándole por el cuello. Malik se la sacudió y la leche salió disparada, se la apretujó y se sacó hasta la última gota que, muy amablemente, Liam le rechupeteó con la lengua.
Regresaron a la mesa con las chicas. Liam ni se limpió la cara. En el fondo quería que su novia sospechara, que se enfadaran, que les dejaran a los dos solos. Pero ella creyó que habían estado bebiendo leche, cogió un tenedor, pinchó una rodaja de champiñón, la pasó por la cara de su chico y se la llevó a la boca sin que Liam ni Malik pudieran hacer nada para detenerla. La novia de Liam acababa de tragarse el lefote de Malik, así, como quien no quiere la cosa.