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Axel Rockham le come el rabaco a John Brachalli y se lo folla duro y sin condón en la barbería | Men At Play

"No Entiendo"

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Trabajo conseguido. John Brachalli se iba a convertir en el famoso peluquero y barbero que siempre había soñado. Además su barbería no sería como las demás. Él ofrecería otros servicios a cambio. Uff, ya podía ver a los clientes satisfechos cuando él se agachara a comer sus majestuosas vergas, cuando les plantara el culo encima y les obligara a mirar el bombeo hasta que se corrieran. Y en estas llegó su jefe Axel Rockham.

No abrió la boca al verle porque si no hubiera sido demasiado obvio que le molaba, pero a ver qué tio en su sano juicio no se quedaba maravillado al ver a un hombretón así, guapo, apuesto, empotrador, cachas y viril. Sus manos, joder qué manos. A John se le escapó un gemidito de gusto al imaginar esos dedos colándose por su agujero. Qué ojazos, qué nariz, qué labios, qué sonrisa.

Por experiencia propia, John sabía que los jefes, y más en ese tipo de negocios, aparecían muy de cuando en cuando, así que no iba a dejar pasar la oportunidad de follárselo. Ninguno de los dos entendía un pijo de lo que el otro estaba diciendo, pero había un lenguaje universal con el que los tios se entendían perfectamente. John aprovechó un malentendido para sentarse en la silla, desnudarse de cintura para abajo, darse la vuelta y mostrar a su jefe lo mucho que le molaba.

Todo o nada. Axel se enfadó, pero no dejaba de mirar esa pedazo de polla larga y grande, así que John aprovechó las dudas iniciales para coger su mano y conducirla a su rabo. Sentir esa manaza cogiéndole el pene le puso burraco. Axel se puso de rodillas y se la comió. Ver a ese tiarrón guapo paseando sus labios por el rabo duro le puso fino.

Llegó su momento y se tomó su tiempo. Cara a cara frente a la bragueta de su jefe, fue corriendo la cremallera lentamente hacia abajo. Miró hacia arriba y vio a su jefe sonriendo y asintiendo con la cabeza, dando su consentimiento. Le sacó la polla larga y bestia y lo primero que hizo fue esnifarla. Gorda y putona. Se la comió con gusto antes de darle culo.

Notó las manos grandes acariciando la forma redondeada de sus nalgas, sintiéndose deseado, los pulgares expandiendo la abertura de su ya preparado ojete. El jefe se lo acicaló con la lengua antes de empotrarlo contra la silla de la pelu, a traición, completamente a pelo. Por el espejo John no dejaba de mirar esa cara, ese cuerpazo, ahora esas piernas fuertes, grandes, velludas, ese culazo. Sentó a Axel en la silla y le cabalgó pajeándosela duro con el culo. Los dos aprovecharon para correrse en el mismo lugar, en el torso desnudo, con la camiseta blanca desabrochada de Axel.

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