A uno se le daba bien apuntar a la diana en los dardos y al otro jugar al billar, pero era increíble lo mucho que uno podía llegar a mejorar sus lanzamientos y toques cuando tenía a alguien guiándolo por detrás, sintiendo el paquete de otro tio en el trasero mientras te enseñaba. Malik Delgaty ya se sorprendió por el atrevimiento de Jackson Cooks cuando este restregó su cebolleta por su musculoso y potente culazo, pero es que Malik no se quedó atrás cuando tuvo el pandero de Jackson a tiro de piedra.
Puede que tardara un rato en darse cuenta de que ese cabrón lo estaba seduciendo, pero en cuanto fue consciente, le lanzó contra la mesa de billar, le agarró por las piernas atrayéndolo hacia el borde, le quitó los pantalones hasta tener su culo abierto justo delante de él, le escupió en el ojete, se bajó los pantalones, gayumbos incluídos, sacando su descomunal pollaza ya bien dura y la hundió a pelo dentro de su agujero.
Sentir esa polla larga, dura, gorda y caliente azuzándole el ano una y otra vez, hizo sentir a Jackson el tio más feliz del mundo. No hacía falta que dijera nada. Su cara de felicidad, con los ojos abiertos como platos y la boca abierta dibujando una sonrisa y el gemido que exhalaba cada vez que Malik se la metía hasta los huevos, ya dejaban claro que lo quería todo con ese empotrador.
Ya estaba excitado viendo la garra que demostraba ese tiarrón dándolo todo encima suyo, pero más perro se habría puesto si hubiera llegado a ver la escena desde atrás y desde abajo, a Malik con una pierna sobre la mesa para arremeter con más fuerza en su interior, su precioso culo dándole cera, los cojones grandes destacando entre sus muslos, estampándose entre sus nalgas al colársela dentro del hueco.
Vestido estaba de vicio, pero desnudo Malik ganaba unos enteros más, con ese torso inigualable, atlético, musculoso, buenos pectorales, un abdomen marcadito para cometer pecado y la energía y el vicio que ponía cada vez que le hincaba la polla y le penetraba sin condón a placer, mordiéndose el labio inferior del puto gusto que sentía al hacerlo.
Ya en las últimas estocadas antes de que Malik le agarrara de los pelos para hacer que se la chupara, Jackson tuvo que agarrarse a los laterales de la mesa, porque la follada fue brutal. Después de eso, media vuelta y donde estaba su culo ahora estaba su cara, pero haciendo lo mismo, tragando rabo. Con la mirada perdida en los pelos del pubis, Jackson tiró millas comiendo polla.
Una buenas hostias en toda la cara, una follada que le atravesó la garganta. Cosas que así dichas podrían parecer denigrantes para un ser humano, pero que cobraban todo su sentido cuando el tio que tenías enfrente estaba buenísimo y su polla te flipaba hasta el extremo. En definitiva, uno podía llegar a hacer cosas impensables cuando se dejaba llevar por lo que le gustaba.
Con el rabo bien empapado en saliva, Malik colocó el culito de Jackson a la altura de sus caderas y volvió a darle por detrás. Jackson era un aperitivo irresistible, con ese culo de vicio, con los calcetines blancos todavía puestos. Primeor le blandió el culo y luego se abrazó fuerte a él para rematarlo por la retaguardia para enseñar a ese mamón a quién se le daba mejor jugar a meterla.
¿Quieres dar en toda la diana? Aquí está Malik para metértela por todo el agujero del culo y sumar cincuenta puntos. ¿Quieres meter las bolas por el agujero? Malik te golpea con ellas y te jode bien con el palo. Con lo que no contaba Malik era con el as en la manga que se guardaba ese cabrón. Se tumbó sobre la mesa de billar todo lo largo que era, Jackson tomó asiento sobre sus piernas clavándose la verga entera y Malik tuvo que rezar para no correrse al ver ese culo tan entregado bombeando su pija una y otra vez.
Quizá fuera un buen momento para poner en práctica aquello que le dijeron de nombrar a todos los jugadores de la plantilla de fútbol de su equipo favorito.
Fue Jackson el que se rindió antes. Se giró un poco, rabo en mano, masturbándose apuntando hacia su barriga para que Malik viera salir toda la leche, para que comprendiera todo lo que le había obligado a hacer por estar tan bueno y tener un rabo tan grande. Malik todavía no había acabado con él. Lo tumbó en la mesa, empujó la parte exterior de sus muslos llevándole las piernas al pecho y le reventó el culo en posición de flexiones.
Increíble las posturas que un tio podía adoptar con tal de meterla en un agujero. Malik permaneció un buen rato con las manos en los bordes de la mesa al igual que los dedos de los pies. No paró de meterla hasta sentir que el gusto lo invadía por dentro, entonces se sentó sobre el torso de Jackson, dejándolo entre sus piernas, se la peló y entregó a Jackson, que estaba esperando con la boca abierta y la lengua por fuera, aquello que había estado deseando, una buena lluvia de lefa.
Lengua, barbilla, cuello y pecho recibieron su dósis de leche. Jackson levantó la cabeza y le mamó el cipote para relamer las sobras.