The X Menace sorprende con su enorme y grueso pollón y se masturba a solas | The Male Muse
Parecía tímido al principio The X Menace, cuando se metió las manos en los bolsillos, pero en cuanto comenzó a bajarse los pantalones, se convirtió en un cachorrito juguetón. Sus ojazos y su sonrisa llenaron el objetivo de la cámara con ilusión. Marcó biceps mostrando sus peluditas axilas, perdición de cualquier cerdaco fetichista que se precie. Se dio la vuelta y comenzó el espectáculo.
Un culo blanco, apretadito y precioso que se marcaba perfectamente en su cuerpo al destacarse las marcas blancas justo por la cintura y por debajo de las nalgas. El colega estaba para empotrarle contra la pared que tenía justo enfrente y meterle rabo hasta preñarle. Se puso de lado y siguió bajándose un poco más los pantalones, hasta dejarlos por los tobillos. Entonces una amplia sonrisa y de entre sus muslos sobresalía una vara mágica para hacer conjuros y pociones.
Encantamientos como dejar con la boca abierta a cualquiera que estuviera mirando en el edificio de enfrente. Un trozo de polla bien dura le sobresalía entre las piernas cuando estaba todavía inclinado hacia adelante bajándose los vaqueros. Era preciosa. Durita, venosa, grande y gorda, con el pellejito encerrando suavemente el capullo que intentaba sobresalir por el agujero de una abertura de piel gruesa.
Menudo cirimbel. Con los vaqueros por los tobillos, se sentó en el suelo, hizo un rombo con las piernas juntando las plantas de los pies y empezó a masturbarse el jodido pollón. Larga, grande y gorda como ella sola. Esa mezcla entre cara de cachorrito adorable y el miembro descomunal que tenía entre las piernas, era como vivir dentro de un sueño hecho realidad.
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fotografías por @The_Male_Muse