Drew Valentino acaba con traje, camisa y corbata lefados después de que él y Pol Prince se follen el uno al otro sin condones | Men At Play X Raging Stallion
Strong Suit Ep 3: Pleasure Before Business
En el mundo de los negocios que Drew Valentino conocía, eran los empleados los que se metían por debajo de las mesas de los despachos para conseguir posiciones destacadas dentro de las empresas. Que también estaba mal, pero se suponía que era lo que decían las malas lenguas. No pensó que pudiera suceder al revés y menos durante una entrevista, sin ni siquiera haber empezado a trabajar.
Aquella mañana Drew estaba un poco nervioso, así que para ir algo más seguro de sí mismo, se puso su mejor traje, con corbata. Al mirarse al espejo, vio que la barba de varios días no estaba ni tan mal si se la perfilaba un poquito resaltando las facciones se su guapísima y amigable cara. Los nervios se le pasaron enseguida cuando se sentó frente a Pol Prince. El hecho de tener enfrente a alguien algo más joven que él, le tranquilizó. No porque el chaval no fuera a tener su experiencia, sino porque era sus sensación.
La entrevista transcurrió de una forma surrealista. Pol preguntaba, Drew respondía, pero era como si a ninguno de los dos les interesara lo más mínimo lo que estaban diciendo, no al menos tanto como explorar sus cuerpos de arriba a abajo. Drew presentía que ese chaval se estaba fijando en su cara, en su boca, vamos, que le ponía. La cosa era mutua, porque Pol estaba de toma pan y moja. Su cara guapa y atractiva ya eran un triunfo por sí solo.
Involuntariamente, Drew hizo un gesto que conduciría esa entrevista por otros derroteros. Se llevó la mano al paquete para recolocarse la polla que se le estaba poniendo morcillona viendo a ese chaval tan guapo. Como buen entrevistador, Pol andaba atento a todos los gestos del futuro empleado. Tampoco era tonto. Sabía discernir cuándo gustaba a un tio. Aunque la pregunta más bien era si había algún tio al que no le gustara.
Drew ya estaba dentro de la empresa, aunque él de momento no lo sabía, pero Pol quería enseñarle que en Pinstripe Realty Worldwide el placer siempre estaba antes que los negocios. Alargó las piernas por debajo de la mesa y con los zapatos masajeó la zona de sus genitales. Drew miró hacia la puerta por si entraba alguien, al girar la cabeza, se encontró con Pol mirándole fijamente de una forma lasciva. Drew se sacó la polla por la bragueta.
Calzaba bien el colega y ver esa larguísima polla no hizo sino aumentar las ganas de Pol de conocer más a fondo a ese nuevo trabajador. Drew se encargó de desatar los cordones de los zapatos de Pol. Así mucho mejor, los pies con los calcetines ejecutisvos puestos magreándole el rabo. Fue entonces cuando vio que Pol se levantó de la silla, gateó por debajo de la mesa, se metió entre sus piernas y empezó a hacerle una mamada.
Eso era lo que Drew no acertaba a comprender. ¿No debería haber sido él el que lo hiciera? No pensó mucho más en ellos. Ver la carita guapa de Pol comiéndole el rabaco, intentando tragárselo, le puso cachondísimo. Drew se la devolvió. El chaval resultó tener una polla bien larga y gruesa, todo un pollón majestuoso y apetecible, uno de los más bonitos que Drew había visto en su vida.
Cuando acabaron de saciarse las bocas, fueron al turrón. Pol le dio la espalda, se inclinó sobre la mesa, se bajó los pantalones por detrás y Drew se agachó para mirar de cerca ese impresionante culazo. ¿Es que acaso iba a haber algo que no le gustara de ese chaval? Un culito precioso, redondito, firme, con algunos pelitos que le daban un aire más apetecible todavía.
Lo exploró a fondo escupiendo encima de la raja, introduciéndole un dedo. Cogió la parte interior de la chaqueta, el forro suavecito, y se lo metió por el culo. La suavidad y la textura de ese forro no fallaban. Estaba suave al entrar, pero cuando salía del interior del ano, aportaba una fricción que daba gustito. Se permitió el lujo de pasar una mano entre sus piernas y sobarle el pedazo trabuco que tenía y las pelotas. Ese chico estaba de auténtico vicio.
Se levantó y con un par de cojones le empotró por detrás sin condón. Cómo gemía el cabrón cuando le atravesaba con el falo a pelo. En la mesa el cristal empezaba a empañarse con su aliento, a mojarse con sus babas. Se lo llevó al sofá donde solían hacer espera los clientes. En esta ocasión fue Pol el que le protegió el culo y luego se lo folló bocarriba. Menuda pollaza tenía el niñato. Joder, con lo limpito y arreglado que había salido Drew de casa para la entrevista y ahora, al acabarla, iba a terminar sucio, porque al ver a ese chulazo encima de él metiéndosela, le apeteció sacarse la paja que acabó chorreando toda su camisa y porque luego a ese tio no se le ocurrió otra cosa que pajearse sobre su cara y dejarle toda la leche encima, con algunos lamparones en la corbata y el traje.
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