Así,como si nada, Hanry Onlyjapa se coló por la puerta de la habitación de Freddy Salvador en plena noche. Y no iba como se hubiera esperado Freddy, había entrado potente, con toda la catapulta empinada hacia arriba formando la curvatura de un plátano perfecto. Era la primera vez que se la veía así y se sorprendió con su soberbio tamaño, veintitrés centímetros de diversión.
Con la excusa de que habían llegado tarde de fiesta y a su amigo no le daba tiempo a llegar a casa, convenció a sus padres para que Hanry se quedara a dormir, aunque bien sabían ellos que no era precisamente eso lo que se iban a pasar haciendo toda la noche. Sus besos estaban obligados a ser silenciososo para no despertar a nadie. En cuanto se tuvieron el uno al otro desnudos frente a frente, la pasión se desató.
Sus besos exhalando una respiración cada vez más agitada, la mano de Freddy masturbando el pollón de Hanry, tocándolo bien para sentir su vigor y su fuerza, sacándole un gemidito de gusto incontrolable, poniéndose de rodillas para llevársela a la boca y seguir adorándola entre sus labios. Además de larga, la tenía bien gorda, casi no le cabía por la boca.
Hanry se tumbó sobre el colchón apoyado sobre los codos para poder mirar bien. Le gustaba que le chuparan el pijote, ver cómo se manejaban los tios con su tremenda pirula. Freddy comprendió que al menos por la boca jamás llegaría a tragársela entera, así que ofreció una oportunidad a su culo, a ver si él podía. Se puso a cuatro sobre la cama y se lo regaló a Hanry, que muy amablemente coló los morros en su raja para abrirle el apetito.
Con la lengua abrió lo suyo, pero lo que más consiguió despertar el cerdete que llevaba dentro Freddy fue rebozarle todo el pollón por la raja del culo. Se puso tan cariñoso gimiendo, incorporándose, abrazando a Hanry por detrás, ocasión que Hanry aprovechó para penetrarle sin condón, masajeando la entrada de su precioso culito, haciéndose hueco poco a poco como un buen minero.
Siempre dejaba satisfechos a los tios. Tenía una polla enorme, larga, grande y durísima y cada vez se volvía más loco, más cachondo cuando por fin se abría hueco y empezaba a follar sin la resistencia inicial de un ojete apretado que se niega a reconocer que algo tan grande esté intentando joderle. Hanry se subió a la cama y se trabajó ese culazo como un hombre, acoplándolo entre sus muslos y protegiéndolo. Ahora era suyo y de nadie más.
Las vistas de Hanry por debajo eran arrebatadoras. Su culete apretado, las pelotas pegadas a la base, el pollón macizo y grueso penetrando con toda su fuerza. Freddy se la cabalgó un rato dándole la espalda, masturbándola con su culo. Hasta ese momento no cayó en la cuenta de lo exageradamente gorda que la tenía, algo que le excitaba más si cabe al ver la complexión delgada de Hanry. Estaba empezando a asociar delgado y pollón después de todas sus aventuras sexuales.
Se dio la vuelta para seguir cabalgando sobre esa enorme montura, pero fue Hanry el que tomó la iniciativa y propulsó el trasero hacia arriba para culearle. Ale, ahí, toda grande y hermosa, veintitrés centímetros de cilindro perforándole por dentro, casi como si le estuviera metiendo el puto brazo por el ojal. Joder con el amiguito, menuca cacharra tenía y qué bien sabía usarla.
El cuadro del chulazo desnudo que Freddy tenía colgado en su habitación fue testigo de lo que ocurrió a continuación. Después de que Hanry se lo follara en plan misionero pero con una variación especial abriéndose de piernas y Freddy se sacara una paja, Hanry se pajeó sobre la cara de Freddy dejándole un buen rastro de lefa en el hombro, el cuello y los morros. Se la machacaba tan fuerte que con el puño llegó a desplazar los mecos, que salieron volando por su fornida pollaza. Se la quedó chupando mientras miraba a su coleguita. Menuda noche iban a pasar.
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@ fotos por Oscar Mishima
