Chris Damned mete una buena follada a Alpha Wolfe en la zona sin condón | Next Door
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Con condón o sin él, las zonas del local estaban bien delimitadas y Alpha Wolfe había elegido aquella en la que un machote pudiera agujerearle el culazo con un buen pollón sin chubasquero. Se retorcía como un perrete en celo, meneando el trasero, con las piernas abiertas, apoyado sobre un banco de press de pesas del gym. Su culo era precioso, grande, redondo y peludo y entre los muslos le colgaba toda la huevera y la chorra.
Mientras llegaba el hombre que le diera placer, él solito se acicalaba la raja pasándose los dedos, hundiéndolos, sintiendo el contacto de las yemas contra su agujero caliente. De repente, cuando estaba en el punto álgido de una buena paja, se acercó un tiarrón chulazo, tatuado y muy atractivo que venía con la pija biend ura y tiesa apuntando hacia arriba, totalmente preparado. Se frotó un poco contra Chris Damned para sentir el calor de su cuerpo, desdobló las rodillas elevando el trasero y dejó que ese chulo se lo follara a pelo.
Le costó un poco metérsela por el culo. La tenía bien larga y grande. Alpha contoneó las caderas haciendo hueco en su esfínter y al final pudo tenerla entera toda dentro de él. Sintió el roce de los pelazos negros de la base d ela polla de Chris sobre sus nalgas. El cabrón tenía ahí un buen arbusto. Al notar toda esa polla dentro y los huevos cascándose en su raja, se dejó vencer sobr ele banco apoyando el torso. Chris le siguió por detrás, bien acoplado y le metió uhna tunda de pollazos arrastrando su grandísima polla por el agujero.
Su abrazo por detrás, el calor del torso contra su espalda, los muslos apoyados sobre los suyos, protegiéndole, follándole con ganas. Alpha se sintió el hombre más especial sobre la faz de la tierra. Alpha estaba acostumbrado a cinco minutos, no más. Su culo era tan bonito y apretaba tanto, que pocos aguantaban mucho más dentro, pero ese cabrón parecía tener cuerda para rato.
Pocas veces Alpha había llegado a ese momento en que terminaba poniéndose bocarriba con las piernas abiertas dando la cara a su empotrador, pero este se lo había ganado a pulso. Le gustaba que los hombres que le daban por culo sintieran el anonimato, eludir esa chispa de amor que se podía llegar a dar en situaciones como esa, ofrecer su culo, dejar que se lo follaran a pelo, que se corrieran dentro o fuera de él y luego se marcharan contentos, subiéndose la bragueta, empapando de mecos la huevera de sus calzones, llegaran a sus casas y se durmieran una merecida siesta.
Ahora que lo tenía frente a frente, el tio le pareció unas bestia parda. Se dejó agarrar por el cuello mientras le rebanana el culo con la polla de forma frenética. Le estaba metiendo tal follada que con el estómago le estaba cascando los huevos y esto hacía que el rabo no parara de dar bandazos entre los dos. Se estaba perdiendo un plano de puta lujuria y es que Chris tenía un culazo flipante de futbolista, perfecto para sucumbir a sus fantasías.
Nunca se había sentido tan deseado por otro hombre. Le llevó hacia las rejas, volvió a abrazarle por detrás, aflojó las rodillas y puso las caderas a su altura para empotrarle desde abajo. No paraba de meterle y sacarle toda la polla. Alpha frenó un momento para agacharse y chupársela, algo que no había tenido oportunidad de hacer hasta ese momento.
Se dio la vuelta y volvieron a las andadas. Le dio duro y Alpha no pudo contener la leche en los huevos, se agarró la pija y se masturbó frente a la verja corriéndose sobre sus alambres cruzados. Chris se sentó sobre el banco y empezó a pajearse. Alpha mantuvo la carita pegada esperando el momento. No tardó en llegar. Ante sus ojos vio volar un firme chorrazo blando de esperma que se apresuró a recoger con la lengua. Se metió la polla dentro de la boca mientras todavía se estaba corriendo. Su barba espesa se estaba llenando de mecos calientes y él siguió limpiándole el sable, degustando su esperma, recibiendo dentro de su boca el placer d euna polla todavía firme y dura.
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