Tommy Dreams y Diego Mattos agujerean el culazo de Valentin Amour a doble polla sin condón | Tim Tales
L'amour à trois
Para Valentin Amour, disfrutar del verano era comerse unas buenas pijas bajo el sol y si podían ser a pares mejor que mejor. Estaba en su salsa ahí de rodillas, sosteniendo una entre sus dedos mientras intentaba comerse la otra y es que a veces esos chicos que se buscaba estaban tan bien dotados, que se le hacía complicado meterse enteras sus pirulas dentro de la boca.
La de Tommy Dreams conseguía que se le hiciera la boca agua. La tenía tan larga, con ese pellejo recubriendo su glande, las venas marcándose por encima, que se derretía de placer chupándola. La diferencia al pasar a la de Diego Mattos se hizo evidente. A pesar de que los dos la tenían de la misma longitud, la del brasileño era jodidamente gorda y morenita, en contraste con la blancura de la del francés.
El olor a hombre y a polla siempre conseguía convertirle en el mayor de los cerdos y acababa pegándose una panzada de rabos, cogiendo los dos pollones y aunque fuera meterse un trocito de ambos en la boca. Además le molaba ver las caras de dos hombres cuando rozaban sus penes por primera vez, cipote contra cipote, un puto morbazo inigualable. A esos dos, que se estaban portando tan bien, iba a dejarles que rozaran algo más que las cabezas de sus rabos.
Les hizo creer que se sólo se lo iban a follar por turnos. Uno zumbándoselo por detrás a pelo mientras el otro le daba de comer polla. Le cubrieron como a una perra, les hizo sentarse en el sofá y se dedicó a pajearles los rabos con su hermoso culo tragón y cuando más excitaron estuvieron, justo cuando Tommy le estaba enculando desde abajo, hizo un gesto a Diego para que se acercara por detrás y le meteria la segunda tranca por el culo. Amor a tres bandas.
Seguro que disfrutó de lo apretado que estaba el agujero, de cómo su maciza pollaca gorda y gigantesca se deslizaba por encima de la de su nuevo amiguito francés. Después de eso ninguno de los dos volvió a salir del interior de su culo y todo lo hicieron juntos, penetrándole el ojete hasta sentir el flujo de leche saliendo de sus pelotas. Sólo entonces la sacaron para decorar la cara y el culo de ese campeón.
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