Había algunos compañeros de curro a los que les costaba un mundo entrar en el espíritu navideño. Entre ellos estaba Chris Damned que se resistía a ponerse el gorrito de Navidad. Al final, entre que todos estaban celebrándolo en la oficina con sus jerseys con motivos natales, gafas con leds, copa en mano, y la insistencia de Cody Seiya, Chris aceptó ponérselo y, aunque no era necesario, se quitó también camisa y pantalones quedándose semidesnudo con tirantes y unos calzones que le dibujaban un buen paquetón.
A medida que se iba desabrochando la camisa, a Cody le entraron los calores. Sabía que su compañero tenía buen cuerpo, pero nunca imaginó que terminaría viéndole desnudo, esos musculazos, ese cuerpazo fornido y potente, tatuado, esa huevera en los gayumbos de algodón que pedía a gritos una buena mano que le metiera un agarrón.
Al que tampoco pasó desapercibido el inesperado striptease fue a Felix Fox, el rubito guaperas de la oficina que bien era sabido por todos que era todo un salidorro de mucho cuidado. Con él había que tener cuidado en los baños, porque culo que veía, culo que quería. Y con las pollas le pasaba lo mismo. Si no se había ventilado ya a todos los machos de la ofi, por allá le andaba. Además de fijarse en el paquete de Chris, ya que tenía a tiro el culete de Cody, pues también se fijó en él. Muy apetecible.
Este año el discurso de Navidad le tocaba darlo a Felix. Le habían preparado un pupitre en un escenario. El pupitre estaba decorado para la ocasión, con una tela con motivos navideños que cubría toda la parte de abajo y por la que el gamberrete de Cody se metió para hacer que su discursito se convirtiera en toda una pesadilla, porque pensaba meterle una mamada bajo la mesa.
Le desabrochó la bragueta, le sacó la polla que ya la tenía tiesa después de verles a Chris y a él y empezó a comerle todo el pito duro. Felix continuó a duras penas como buenamente pudo y finalizó con unas palabras de agradecimiento dando paso al comercio y al bebercio. Aprovechando que la multitud ya se había dispersado por la oficina, se llevó a Cody a un lugar apartado detrás de las estanterías, se desnudaron por completo y para él fue todo un placer rellenar su apretado ojete con su lujuriosa, larga y gorda polla.
Cada centímetro que entraba por ese agujero tan ajustado le llenaba de gozo. Qué culito tenía el cabrón, siempre tan receptivo. Le abrazó por detrás y le comió la oreja. Necesitaba que se pusiera más cachondo todavía escuchando sus gemidos mientras se la metía a pelo. Aunque estaba apretadísima, poco a poco se fue haciendo un hueco y le metió una buena follada, con tanta fuerza que a Cody no paraba de campanearle el rabo de arriba a abajo como un badajo.
La polla erecta de Felix se hinchaba de gusto y rellenaba el hueco sin dejar ni un solo espacio. Chris les pilló en plena faena y de repente, el tio tímido que no estaba para fiestas y al que le daba vergüenza hasta ponerse el gorrito de papá noel, se unió a esa pareja para convertirla en un trío. Lo primero que hizo fue agacharse y rozar con sus manos y sus labios las nalgas redonditas de Felix mientras este se zurraba el culo de Cody. A él también le molaban los culos bonitos y Felix tuvo que afrontar que el suyo sería el siguiente agujero en probar rabo.
Nunca había visto a Chris completamente desnudo, pero no le hacía falta, porque ya se adivinaba que estaba todo buenorro y muy bien dotado. Le sintió en su espalda, bajándose los tirantes, los calzones, doblando las rodillas, agarrándole del culo con las manos y después su gorda y enorme polla penetrándole sin condón. Los ojos en blanco, la mirada perdida. Menudo rabaco. Un trineo de lujo, tres tios acoplados por sus culos y sus pollas.
Lo mismo que él le había hecho a Cody, ahora estaba haciéndolo Chris con él, inclinándose hacia adelante, susurrándole gemidos en la oreja, volviéndole loco. Dos pollas largas y gruesas bien insertadas en los agujeros, apretadísimas, el rabo morcillón y caliente de Cody que no paraba de rebotar, igual que los tres pares de pelotas cargadas de rica leche.
Parecían perros follando, de los que no podían separarse. Ese trenecito les gustaba demasiado como para explorar otras opciones. Sólo frenaron cuando acabó la fiesta, se fueron todos y tuvieron la sala principal para ellos solos. Entonces se dieron al vicio y Cody probó por primera vez esa polla que tanto tiempo había deseado. Tumbado bocarriba en el suelo, mientras Felix le daba de comer rabo, Chris se metió dentro de él y le reventó el culo con su gorda tranca.
Como Felix se interponía entre ellos, cachondo perdido, deseando que una boca le humedeciera la polla, Cody posó los pies encima del torso de Chris explorando sus abdominales. Chris se había convertido en el macho alfa, el que se había ganado el derecho a follar culos. El tio se tumbó a cuerpo de rey en el suelo, con la picha en alto y esperó su siguiente culito rico. Felix se empaló en él y tuvo que agarrarse las nalgas con las manos, estirando hacia afuera para hacer hueco a esa impresionante y gordísima polla.
Cody se sentó en una silla que había cerca y se pajeó observándoles. Alargó una pierna y Chris le lamió el pinrel. Estaba salido. Desde lejos todo se veía mucho más claro. Esos dos tios seguro que estarían dispuestos a todo ahora que estaban calientes. Cody se levantó y entregó su rabo a Felix, que se lo metió dentro de la boca con mucho gusto. Luego se arrodilló y dejó que sus dos compañeros se pusieran a cada lado. Les limpió los sables, saboreando y deleitándose con esas dos enormes vergas de sus amores. Durísimas, calientes, por ahí arriba Felix y Chris se cogieron del cuello con una mano y acercaron posturas, agarrando sus pollas y dando una paliza con ellas en la jeta a Cody.
El culo de Felix estaba excitado y necesitado. Chris se sentó en la silla y Felix acudió a él dándole la espalda y sentándose encima de sus piernas, clavándose su tranca a pelo. Cody se agachó y le comió el pito a Felix, dejando que la polla entrara por su boca cada vez que Felix se impulsaba hacia arriba antes de volver a caer empalado en esa alucinante verga.
El cuerpazo de Felix estaba en todo su esplendor. Musculado, fibrado, tenso, marcando cada músculo, sudado, brillante, atlético. El cabroncete se hizo una peladilla con el rabo de Chris horadando su tierno ojete, dejando el suelo con un charco de semen y los dedos de su puño bañados de blanco, con la lefa pegajosa colgando de ellos, resistiéndose a caer.
Recién corrido, todavía estremeciéndose por la paja que acababa de hacerse, Felix se arrodilló en el suelo dando por sentado que quería que esos dos tios se corrieran en el lienzo de su hermoso cuerpazo bañado en sudor. Con un sonoro gemido, Chris se descompuso y soltó un chorro largo de semen que cayó a saco encima del hombro de Felix. Para el segundo disparo, Felix ya estuvo al quite, acercó la boca y se llevó una buena ración de lefa en el bigote, espesita, colgando de su labio superior, cayendo como miel dentro de su boca.
Cody no tardó mucho en correrse después de ver eso, acercó su rabo a la boquita de Felix, se lo pajeó duro con la diestra y le soltó todos los mecos encima de la lengua. Entre los dos dejaron los morros y el busto de ese rubito guaperas y atlético bien sucios. Felix devoró el pito de Cody comiéndoselo hasta los huevos, sacándole todo el jugo y, tras un ratito en que los tres se daban cuenta de la guarrada que acababan de hacer dejándose llevar por sus instintos, Chris y Cody se agacharon para relamer de la carita de Felix la mezcla de lefa que le habían depositado encima, besándose hasta no dejar rastro. Más rica que el champán.