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Orgía entre polis y ladrones en el Boyberry BCN con ViciousMen, Roxas, Jorge Sainz, Salvatore Exposito, Roc Barcelona, Ronald Rios, Pol Fayfer, Pablo Bravo, Nicholas Bardem, Viktor Rom y Charlie Cherry

La casa de cartón

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El brazo de la ley había hecho acto de presencia en el Boyberry BCN. Los polis Viktor Rom, Charlie Cherry, Pol Fayfer, Pablo Bravo y Nicholas Bardem acababan de salvar a Roxas y Jorge Sainz de la banda de ladrones de culos Roc BarcelonaSalvatore Exposito y Ronald Rios, dirigida por ViciousMen. Tampoco es que hubieran estado mal cuidados por esos ladronzuelos, que comerles las pollas y ver cómo se les rifaban para penetrarles con sus armas, había estado de puta madre, pero ahora les tocaba ver cómo actuaban los polis.

Sus métodos para bandas como esas eran poco ortodoxos, pero a Roxas y Jorge les molaron y se quedaron a mirar junto a las taquillas pajeándose un rato, aprovechando que todavía tenían las pijas duras. Ante sus ojos, la banda de ladrones hincaba las rodillas para jalarse las vergas de todos esos polis, como si no fuera la primera vez que les pillaran y supieran a ciencia cierta qué debían hacer.

El jefazo de la banda fue el más solicitado. Dos de la pasma para él, con el pollón de Pablo trincándose su culo a pelo y Charlie atosigando su boca con su gordo cipotón, taponándole los dos huecos. ViciousMen sintió cómo se le partía el culo en dos con ese rufián jodiéndole por detrás y el dolor lo sacaba por la boca vertiendo sus gemidos en la polla que se la taponaba.

Al escuchar gemidos apagados por un buen rabo, los miembros de su banda enseguida comprendieron que habían perdido esta batalla, se levantaron y dejaron que los polis se aprovecharan de sus preciosos culazos. Nicholas puso al guapísimo Salvatore mirando hacia las taquillas y allí le reventó a pollazos. Viktor enculó a Ronald y Pol se puso de rodillas para enchufársela a Roc, el más vergón del grupo, que estaba a cuatro patas.

Cuando el atractivo ViciousMen creía que no podía existir una polla que le hiciera más daño y le diera más gusto, Charlie se la metió por detrás y los gritos se escucharon hasta fuera del local. Menuda pollaza tenía ese cabrón, grande y gorda como ella sola. Y encima estaba buenísimo, con esos ojazos encantadores y esa sonrisa cautivadora que le hacían conseguir cualquier favor.

Por suerte tenía un culo bestia y tragón que se acostumbraba a las cosas más grandes y lo que empezó con dolor terminó con regusto. Roxas y Jorge no querían abusar de su posición ahora a resguardo, pero disfrutaron viendo al jefe bien follado y Viktor enseguida les invitó a participar de la captura, a modo de felicitación por haber activado el pulsador de alarma a tiempo antes de que esos siguieran cometiendo fechorías.

Esa felicitación llegó con una buena tranca, la de Viktor, rellanando el culazo de Roxas. Cómo disfrutó de esa barra de carne se reflejó en la forma en la que el rabo tieso de Roxas rebotaba alegremente hacia arriba y hacia abajo. Jorge fue el siguiente. Entre las taquillas la cosa se había desmadrado hacía ya tiempo y los ladronzuelos no paraban de hincar rodillas, mamar vergas y poner culo. ViciousMen seguía enredado con la de Charlie. De entre todos los polis se notaba que ese era el que más le gustaba y no paraba de dorarle la pirula con mucho gusto, pues era un pollón de buenas dimensiones que conseguía saciar el apetito a cualquiera.

Mientras él amaba esa polla con la boca, otros machos se aprovechaban de su culo. Fueron desfilando de uno en uno reventándole por detrás. La orden del jefe de los polis fue clara, que se follaran todos los culos. Roc se tumbó en el suelo, se abrió de piernas y dejó que Pablo le blandiera el ojete con su poderoso trabuco. Le encantaron los movimientos de cadera, reflejando que tenía mucho arte para follarse a un tio y la metía cojonudamente bien.

Todos los ladrones tuvieron las mingas de todos los polis dentro de sus bocas y en carne viva dentro de sus culos. Pol fue el primero en soltar la porra. Tenía la carita atractiva y masculina de Ronald a tiro y se dejó llevar escupiendo todo el semen sobre ella. La fiesta de la leche no había hecho más que comenzar. Charlie tenía el cipote al rojo vivo. Roc no paraba de mamársela y como resultado se llevó toda la lefa espesa, calentita y en abundante cantidad encima de todos los morros, que acabaron bañados de blanco.

Al ver esa cantidad de lefa, Pablo alargó el brazo, recogió con la mano la leche y la condujo hacia el interior de su boca para que se la comiera toda. Estaba bien rica, tanto como su dueño. Pablo se la fue pajeando hasta llegar a la boca de ViciousMen, que la tenía completamente abierta esperando rabo y le dejó una buena ración de leche, con los colgajos por la barbita.

No la escupió. Se relamió los labios con la langua y empezó a tragar. Un buen ladrón tenía que saber perder. Nicholas se llevó la de Roxas, que se corrió de forma descontrolada desperdigando su semilla blanca por todas partes hasta que Nicholas se la atrapó con la boca y le empezó a mamar todo lo que quedaba por salir. El que da, recibe y Nicholas se la devolvió en toda la lengüita. Jorge se acopló y le soltó unas buenas virutas sobre la jeta.

El jefe de la poli, Viktor, eligió la carita de su salvado Jorge para desperdigar su semen sobre su boca y Ronald se llevó su segunda dósis esperando a que el atractivo Salvatore descargara sus bolas con una lluvia de semen que le empaparon la boca y el hombro de tal alto que la disparó. Se pusieron los trajes como buenamente pudieron, enfundando sus grandes rabos en ellos, que al momento quedaron llenos de lamparones de la lefa todavía fresca y a punta de pistola se los llevaron a comisaría.

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