El principiante no parece ser de los que tiemblan ante su primera cita delante de las cámaras. Cuando el director grita acción, a Jota Palma se le pone toda tocha al ver entrar a Andy Star, el chico con el que va a tener un affair en la habitación, al que se la va a colar literalmente por todos los agujeros. Y de principiante no tiene nada, porque hay que ver lo bien que besa, lo bien que mete la lengua en la boca de otro hombre con hambre de recibir y dar mucho pero que mucho amor del bueno.
La mirada de Andy va a su entrepierna. Es imposible no verlo, la erección que se le ha montado a Jota debajo de los pantalones. Tiene pinta de ser muy grande y muy gorda y eso a Andy le pone tierno, porque no hay nada que le guste más que un buen pijote. Jota reclama su mirada. Le gusta que le miren su paquete, pero ahora necesita comerle toda la boca.
Al ponerse de pie todo queda dicho. No lleva calzones y la polla empitonada cae hacia abajo tirando de la tela com si fuera una tercera pata. Andy no para de sobarle el paquete y termina por desabrocharle el botón, descorrer la cremallera y sacarle la herramienta de trabajo. Menudo pollón. Es largo, más de lo que su calenturienta mente había imaginado. Lo palmea desde abajo sintiendo el rebote sobre su mano. Gordo y pesado. Jota le sonríe.
Que le palmeen la polla de esa forma quiere decir que le gusta. Jota hace lo mismo con Andy, al que le sale el pito como un resorte por los vaqueros, bien empinado, otro excelente pollón. Durante un rato se pajean mutuamente cogiendo la pija del contrario, poniéndose a prueba, calzando otra polla con la mano, rozándose las hueveras con las yemas de los dedos, descubriendo los placeres de tocar otro pito que no es el tuyo, como si acabaras de aterrizar sobre otro planeta. Y así siempre que estás con otro tio, una sensación única e irrepetible cada vez.
El primero en ceder es Andy. Se agacha y se la chupa. Al notar los dedos de Andy masajeándole los huevetes y sentir esa boquita mamona atrapar su pene, a Jota se le escapa un gemidito de gusto. Dentro de su boca s ele pone durísima. Andy parece entre agradecido y sorprendido al comprobar que ese pollón ha crecido al menos un tercio más con un par de mamaditas, alcanzando una longitud considerable.
Empieza dando amor a la barra, apretando fuerte con los labios y succionando, pero acaba por digerirla por completo metiéndosela hasta el fondo de la garganta y apretando la nariz contra la base de la polla de ese machote. Al sacarla, se lleva consigo un manojo de babas que le cuelgan por la barbilla. Jota pierde el equilibrio al sentir cómo su picha entra por un lugar tan estrecho e insondable. Le gusta demasiado.
Lo hace una y otra vez porque ya no pueden parar. Después de descubrir el paraíso a ver quién es el guapo que vuelve atrás. Jota vuelve a demostrar que auqnue sea un princiìante delante de las cámaras, rinde como el mejor. No se amedrenta al ver cómo su polla enorme se cuela entera por una boquita y en lugar de retraer el culete, se empodera y adelanta las caderas animando con guarradas a Andy a tragárselo todo.
Por mucho que sepa que va a ser voluntario para meterla por ese gran culazo, a Jota no se le caen los anillos por arrodillarse y comerse una buena pija. Lleva todo el rato mirando cómo Andy se la pela mientras se la chupa. Le encanta la forma curvada de su pene, lo gordo que es y sobre todo ese deslumbrante cipote que parece tener una lubricación natural fuera de lo común.
La tiene más gorda que la suya, pero eso no impide que le devuelva el favor y se la trague hasta las trancas. Las pollas duras y grandes, cuanto más dentro, mejor. Los dos entran en modo cabrón. Andy le atrapa por el cuello animándole a tragar, Jota se viene arriba. Los sonidos guturales de un hombre que se está comiendo una polla hasta sus cimientos inundan toda la habitación. Necesitado de una bocanada de aire, Jota palmea el muslo de Andy pidiéndole que le deje escapar.
La polla sale machota y reluciente de su boca. Chupa que te chupa, Jota se ha enamorado de ese rabazo y ahora no puede parar de mamarlo. Cuando nota que se atraganta, ya no se la saca de la boca, lo que hace que llene la base y la huevera de la polla de Andy de babas. Apenas toma un respiro y pronuncia algo inteligible con el rabo dentro, como cuando en Navidad tu cuñado te dice que te metas un polvorón dentro de la boca y empieces a hablar, pues igual.
Menudo lobo. Con la caña que le ha metido a la pija, parece mentira que ahora esté en plan manso sacando la lengüita y relamiento la entrada del culito de Andy con tanto amor y cariño, sintiendo cómo el agujerito se cierra y se abre al contacto de su húmedo apéndice. Le encanta que un culito así de guapo lata delante de su cara. El principiante parece resultar toda una joyita que sabe comer culos mejor que nadie.
Mientras Jota se devora ese culazo de futbolista regalando amor, no puede dejar de pensar en la cantidad de tios que habrán posado sus labios sobre ese hueco, en la cantidad de rabos de todos los colores y tamaños que habrán surcado sus profundidades, en que él va a ser uno de los que tenga esa suerte. Orgulloso, después de dejarlo suavecito, mojado y abierto, le pone a cuatro patas y lo atraviesa a pelo con su miembro.
Disfruta de la primera perforación, agarrándose la minga, controlándola, viendo cómo su larguísimo rabo penetra ese culazo blanco y redondito sin condón. Cada ano proporciona unas sensaciones únicas y ese le vuelve loquito. Sin quedar demasiado ajustada, le proporciona mucho placer a la polla y el bamboleo de ese culazo, porque Andy no se queda quieto, le pone fino.
A veces Jota tiene que retirar la vista, porque está empezando a sentir un escalofrío recorriéndole la espalda cada vez que ve cómo su polla mete y arrastra hacia afuera la piel alrededor del agujero. Metérsela por detrás ha sido un buen comienzo. Por delante la cosa se complica. Andy tiene un cuerpazo y verlo ahí tirado sobre el sofá, abierto de piernas para recibirle, le excita profundamente. Aún así, se la mete y que pase lo que tenga que pasar.
Le encanta su carita guapa, la barba de varios días enmarcando su bonito rostro, sus pectorales, el tamaño de sus piernas, su gran polla descansando sobre su vientre, por la que se escapa una hilera de precum que roza su ombligo. Andy se sienta sobre su pene. Se lo empala hasta el fondo, tragando con el culo hasta sentir el roce de sus huevos. Jota le empotra desde abajo y remata la jugada.
Sin poder contenerse, Andy se casca un pajote dejando toda la leche encima del muslo de Jota. Las piernas le tiemblan con los últimos estertores y cada vez que le sale un chorrazo, el esfínter se le cierra, apretando el pene de Jota, que todavía está dentro de su culo. Jota jura que se corre y lo cumple. Apenas le da tiempo a sacar el rabo del agujero, suelta el primer lefazo y se la pela entre gemidos, soltando el resto. Cuando Jota se calma, Andy vuelve a sentarse sobre su miembro ahora corrido y se la traga hasta el fondo, contoneándose con la polla dentro, todavía soltando leche.
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