Sebas y Ramiro se hacen pajas cruzadas, mamadas y follan a pelo por primera vez | Latin Leche
Salieron en mitad de la noche de un callejón, un par de mochileros buscando guarida, la ocasión perfecta del cazador para ofrecerles dos cosas: alojamiento y dinero por hacer ciertas cositas. Quizá si hubiera sido de día hubiera ido a tientas, pero siendo las horas que eran, fue directo con ellos, dinero a cambio de grabarles haciéndose unas pajas.
Nunca se habían visto desnudos, ni siquiera la picha meando, curioso cuanto menos, teniendo en cuenta que en estos viajes mochila a la espalda, quien más quien menos hace una paradita para mear por ahí. Cuando el cámara les pregunta, se miran nerviosos, pero no a la cara, sino a los paquetes, que empiezan a coger volúmen. Si con tanto viaje nunca se han visto los rabos, ahora van a tener la oportunidad.
Dinero en el bolsillo, les propone un juego inesperado, en lugar de pajearse cada uno la suya, que se hagan unas pajas cruzadas. Tienen dónde agarrar y a buen seguro que se quedan sorprendidos. Normal que a los dos se les ponga durísima viendo esas pedazo trancas bien gordas y con unos huevos grandes y peludos.
Alma de aventureros, se merecen el mejor de los viajes, así que les hace otra proposición, hacerse unas mamadas. Ramiro parece todo un experto en mamar pijas y Sebas tiene una buena dote entre las piernas para darle, algo que no pasa desapercibido al cazador, que les ofrece más dinero por hacer algo más, que esa polla vaya directa dentro del culo de Ramiro.
Mucho lubricante para hacer más fácil esa primera vez, una sentadita sobre las piernas de Sebas y su culazo peludo y redondito queda clavado a la perfección en esa estaca dura y brillante. Ya sólo queda obervar, los dos entregados dándose gusto, no hay nada mejor como ver a dos amigos prodigándose cariño. Culminan con un pajote. Primero es Ramiro quien prueba el néctar de la polla de Sebas y en cuanto Ramiro empieza a gemir advirtiendo que se corre, es Sebas quien acude raudo a poner la boquita llevándose unos lechazos de buenas noches. Los mochileros se llevan estancia, se van cenados a la cama y encima con dinerito y nuevas experiencias en sus aventuras, qué más pueden pedir.
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