El atractivo y guapísimo Franco retoza completamente desnudo sobre la cama | The Male Muse
Hago el camino del trabajo de vuelta a casa en metro y en bus, empapado en un sudor creciente, con el corazón cada vez más acelerado y tirando del nudo de la corbata que me oprime la nuez. Las gotas florecen en mi frente y resbalan hasta las cejas mientras los viandantes y pasajeros se estarán preguntando si estoy bien. Si me preguntan, estoy bien, demasiado bien, lo que me pasa es que estoy deseando llegar a casa porque lo que me espera es una buena follada. Franco me envió un mensaje y me dijo que me esperaba desnudo en la cama.
No veo las caras de la gente con la que me cruzo y mi mente no puede pensar en otra cosa que no sea en la cara atractiva de Franco, en sus ojazos que me desnudan por completo, en sus cejas, sus orejas, su barbita, sus sobacos, en el calor que desprende su cuerpo. No debería haber pensado en lo mucho que me gusta plantar mis manos en su culo redondo y blanquito, porque se me acaba de poner dura.
Un pasajero que va sentado justo enfrente me mira y luego mira mi paquete, vuelve a mirarme. Me acusa o puede que le guste, no lo sé. Acudo al viejo truco de echar el culete hacia afuera para que se note menos, pero aún así se nota el pedazo bulto que marco en el frontal de los pantalones y encima no puedo ponérmela hacia un lado.
Franco, espérame que ya llego. Estoy deseando desnudarme contigo en la cama, cogerte por detrás y antes de follarte como un señor, pasear mis manos entre tus muslos, cogerte los huevos calientes y sentir en mi lengua y en mi boca el calor que sale por el ojete de tu culo, darte la vuelta y penetrarte hasta saciarme, hasta vaciarme dentro de ti mientras cerdeo con mi lengua en tus sobacos y nos fundimos.
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fotografías por @The_Male_Muse