A la izquierda y con bañadores negros los chicos de Corbin Fisher, a la derecha con bañadores amarillos los de Sean Cody. Dos líderes de cada bando deben elegir de entre los ocho chicos a quiénes quieren en sus grupos para follar, con la única condición de que deben estar mezclados y al menos debe haber dos del otro estudio en cada equipo para así conocerse mejor.
Por el equipo de Corbin Fisher sale elegido Liam como capitán, que se queda con la carita guapa de Joey Stoley, el típico guaperas de instituto al que apetece dar rabo, más con su parecido con Tom Cruise cuando era jovencito como él, continúa con su compañero Chris, al que ya conoce bien y cierra equipo seleccionando a otros dos del estudio contrario que le apetecen mucho, Scott Braun con ese aire que destila a machote, uno de los más velludos de los diez tios y Sam Holister, que a alto y guapo no lo gana nadie.
Sí, hace unos añitos a Liam le habría apetecido hacer esto que está haciendo ahora, bajar el bañador al jovencito Joey y ponerse bien cariñoso mirando y tocando su precioso culito redondo y blanco. En el otro sofá Chris ha sido el primero en bajarse el bañador, Scott y Sam le han seguido y ya están los tres cuidándose los rabos unos a otros. Chris descubre el gigantesco pollón de Sam y no puede resistirse, se pone a cuatro y se la empieza a mamar, dejando su culo a disposición de Scott.
¿Quién chupa mejor? ¿Los chicos de Corbin o los de Sean? Joey y Chris se miran tragando rabo. De momento gana Joey, que se ha metido la porra de Liam hasta el fondo, le está besando las pelotas y se la deja dentro un buen rato aguantando la respiración. Tose con la polla dentro de la garganta y se le escapa un espumarajo de saliva que sale disparado contra el muslo de Liam.
Con esos ojitos, esa sonrisa y esa carita tan guapa, el joven Joey maneja la pija de Liam a su antojo y se la deja bien empapada. Le ha dejado los pelos de la base de la polla con un charco de babas. El granuja es un puto cabrón. se cuela entre las piernas de Liam y le pega la mamada del siglo, metiéndose su larga polla hasta el fondo, hasta rebozar las napias contra los pelos mojados y ahogarse en su propia saliva.
A un metro de distancia, Chris intenta manejarse con la de Sam. Es tan larga que se la tiene que pajear a dos manos. Sam se le escapa al otro bando y se queda a solas con Scott, que quiere a toda costa su culo y no ha parado de lamérselo desde el principio. Sam ha hecho piña con los otros dos, primero dando apoyo a Joey con la mamada y luego dándole de comer su gran polla.
Saciados o no, los cinco han puesto las cartas bocarriba y han dejado claras sus intenciones. Un chico Corbin y otro Sean quieren rabo dentro y los otros tres están deseando zumbárselos. Chris y Joey se suben a la mesa mirándose frente a frente, se ponen a cuatro patas con los culos hacia afuera y esperan la llegada. Sam se va a encargar de penetrar a Chris, Liam hará lo propio con Joey.
Se toman su tiempo, frotando los rabos duros contra las rajas de sus culos, metiéndoles la puntita y luego todo el mástil, sin condones, todo a pelo. Deslizan sus pollas por los culos apretados y gimen como zorritos. La de Sam tarda más en colarse dentro, puede que porque la tenga más larga o es que Chris vuelve a resistírsele por el culo igual que por la boca cuando se la comió.
Entre los tres empotradores se van turnando para zumbarse esos ricos culitos a pelo y explorarlos a fondo como se merecen. Sam cede su lugar a Liam, cuyo puesto es ocupado por Scott para dar cera al joven Joey. Liam no fue elegido capitán del equipo porque sí, sino porque de todos es el que tiene mejor huevada. Puede que a los tios les haga gracia ver unos buenos huevazos colgando y hasta puede parecer que se mofan, pero en el fondo saben reconocer quién lleva el mando y al final acaban embelesados mirando un pollón penetrando un agujero y cargando con la hueva estampándose en el culo.
Liam ya se ha follado dos culos y tienen a un indeciso en la sala que se cambia de bando y que se sienta sobre las piernas de este para cabalgarle. Scott ha caído en la tentación. Su cuerpazo bronceado, musculoso, peludo y viril, ya está dando saltos de alegría y le gusta tanto sentir el rabo de Liam dentro de él que el suyo se pone bien duro y empinado mientras salta. Chris se da cuenta, se mete entre sus piernas y le pega una calada.
Durante unos minutos el pequeño sofá cede ante los deseos de los cinco chicos follando juntos. Están tan cachondos y son tantos que Chris pide un deseo que es concedido de forma inmediata. Se va hacia el sofá grande y pone el culo a placer. Scott le sigue y le penetra por detrás. Cuando ya está dentro de Chris, Sam se pone detrás de Scott, dobla las rodillas y cuela su rabo a ciegas entre los muslos de Scott buscando su agujero, persiguiendo cerrar ese trenecito a tres.
Liam tiene a Joey abierto de piernas en la mesa, se lo trinca y le hace el amor ahora que los otros tres no están mirando y les han dejado a solas. Joder cuánto le quiere. Se inclina sobre él y se lo hace saber metiéndole un buen morreo mientras no para de joderlo con su soberana polla. Los otros tres se dan al cerdeo haciendo un buen pincho moruno de culos y rabos.
Apenas diez centímetros por delante y otros diez por detrás es el espacio que le dejan a Scott para maniobrar en las vías del tren. Si tira hacia adelante la mete entera en el culazo de Chris y si da marcha atrás, le espera un buen pollón por el ojete. Al final se queda en un bucle de toma y daca que le deja completamente satisfecho y es que esos dos no ceden ni un centímetro, se han quedado quietos y es Scott el que les está haciendo todo el trabajo sucio.
Una vez han explorado lo suficiente, regresan a lo conocido. Los chicos Corbin se dan a la follada en un sofá y en el otro los de Sean. Liam no sólo se folla el culito de Chris, le da placer con su larga, gorda y dura polla sabiendo cómo metérsela. Joey está cabalgando ya sobre Scott, castogándole su durísima verga con ese culito de estudiante que tiene.
Con los huevos a punto de explotar, necesitan una buena putita que se preste al juego y deje que le revienten la carita a lefazos. No hay dudas. El jovencito Joey se convierte en el blanco de todas las miradas. Es un cerdo, un pervertido y es el más guapo de los cinco sin duda. Su carita es un buen lienzo donde correrse. Mandan a tomar por culo la mesa que hay frente los sofales. Ya no piensan ni razonan. Rodean a Joey y se masturban sobre su jeta guapa mientras él mira hacia arriba, abre la boca y saca la lengua esperando la leche.
El capitán del equipo va a matar. Los huevos se le suben a la base y dispara soltando un buen chorrazo de saque que se interna por la boca de Joey y desfila más allá de su cuello y su hombro salpicando a un compañero de cama que tiene enfrente. Liam se estruja el pollón y se saca un último lechazo gordo. Joey sonríe de placer, lo que hace que Scott se agache para relamer la lefa que le han dejado encima.
El siguiente en hacerlo es Sam. Agarra de la barbilla a Joey y le deposita la lefa en la lengua. Le deja tal cantidad que Joey se ve obligado a cerrar la boca y tragar. Cuando abre la boca, el semen se despega de sus labios como miel y Chris baja a chupárselos por puro vicio. Es él el siguiente en correrse. Tras unos cuantos gemidos, parece que no termina de culminar. Liam se pone justo detrás de Joey para ver si caza algo y con sus propios ojos ve un señor lefazo saliendo disparado a toda potencia del rabo de Chris, dejando un rastro de leche en su cara, desde el bigote hasta el pelo.
Liam se pone super cachondo, saca la lengua y relame todo lo que pilla. Están todos en el suelo pendientes de Joey menos Scott, que es el que queda por soltar lastre. Todos le miran desde abajo, esperando ver de qué forma se va a engargar de ensuciar la carita guapa de Joey. El semen rebosa por su dura polla y le moja la lengua. Una viruta en la barbilla, otra que sobrevuela el glande y sale disparada hacia atrás.
Joey cierra los ojos. Los compañeros le besan y le cuidan esperando a que se corra él. A su mente acuden todas las guarradas que han hecho y que ha visto. Sabor de cuatro leches en su boca y acción desenfrenada. No para de meneársela con la mano hasta que suelta unos buenos lechazos mojando la alfombra sobre la que está sentado. Con la mente todavía embotada por la corrida, Joey ve cómo sus nuevos amigos se besan y dan gracias por haber caído en ese equipo. Todos se preguntan qué tal se lo pasará el siguiente grupo de tios.