Franco se desnuda y retoza sobre el sofá revelando el poder de sus peludos sobacos y de su hermoso culo | The Male Muse

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Acabo de entrar en su guarida. Franco se quita la camiseta y la lanza sobre una silla, toma el control de su sofá de piel y lo ocupa entero, separando las piernas y los brazos, ocupando los dos asientos. ¿Dónde hostias encajo yo en todo esto? Pues por lo visto delante de él, sentado como un perro en el suelo, mirándolo. En parte fue eso lo que me enamoró de él en el local al que fui a tomarme unas copas, de esa mirada fija y decidida, del bigotito suave sobre sus lindos morritos, de lo serio que era y de lo claras que tenía las ideas, en definitiva, de lo dominante que era.

Ganas no me faltan de acercarme a gatas, de meterme entre sus piernas, desatar el nudo que sujetan los pantalones blancos a su cintura, bajárselos y seguir decubriendo sus bondades, si bien me cuesta mirar hacia arriba, a sus axilas, sin volverme absolutamente loco, porque esos pelazos que tiene ahí todo negracos y algunos sudaditos, me incitan a perder la cabeza.

Parece que me lee la mente o acaso es que era pura lógica, no hemos ido allí a jugar a las damas. Se quita los pantalones. Lleva unos calzones blancos tipo slip con la goma oscura ceñida a la forma de su perfecta cintura. Calcetines adidas altos. Retoza sobre el sofá, eleva las piernas y forma con ellas un rombo detrás del cual me mira, llevándose un dedo a los labios.

Desconozco qué quiere, pero seguro que en cuanto inicie cualquier acción, él la corregirá atendiendo a sus propios deseos. Por lo dominante que es, parece como si quisiera que metiera la cabeza entre sus muslos, para apresármela y evitar que escape mientras se la chupo. Se quita los calzones, se da la vuelta y veo su espectacular culo blanquito. Se toca, empieza a gemir, su cuerpo se balancea por todo el sofá, cae al suelo, apoya la espalda contra el asiento y echa su espalda hacia atrás pasándose de nuevo un dedo por los labios, gimiendo de gusto. Separa los brazos y de nuevo veo sus sobacos con los pelos más sudados que antes. Entro en juego.


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