El musculoso y potente Harold Lopez se folla a Allen King a pelo en la ducha | Lucas Entertainment
Breeding Between The Sheets
Aunque lo que Allen King está deseando es entrar en la ducha, se sorprende a sí mismo tomándose un tiempo para gozarse con la vista el cuerpazo de Harold Lopez. Ese tiarrón imponente está allí de pie, el agua enjabonada resbalando por sus marcados abdominales, por sus pectorales de hierro, su piel brillante y mojada bañada por la tenue luz del sol que entra por la ventanita que conecta el baño con el exterior de esa casita rural.
En la intimidad de una ducha, un hombre hace muchas cosas y una de esas cosas siempre será tocarse la polla. Ve cómo Harold se la toca. La tiene grande, muy grande, como a él le gustan y ya sea por el gustito del agua o porque esté pensando en cosas guarras, se le ha puesto dura y eso es algo que, como los bostezos, se contagia. Allen cree que no hay mejor momento para pasar dentro con él.
La atracción de los cuerpos es instantánea. Los dos toman del otro lo que desean, sin pedir permiso. Allen se acerca lo suficientemente cerca a Harold como para sentir ese rabo grande acariciando su cuerpo, para después fundir su boca con ese torso divino, relamiendo cada músculo, saboreándolo con los labios. Harold adora a ese gamberro, le da la vuelta, le pone mirando hacia los azulejos de la pared y desplieaga su culito blanco y follable con las manos, reparando en cómo le cuelgan los cojones y la polla entre los muslos.
La enorme polla de Harold está húmeda, pero Allen le regala saliva zampándosela. Es tan gorda que Allen se ve forzado a abrir la boca como nunca. Esos rabos así de grandotes le dan la vida y le abren el ojete que da gusto. Harold se agacha para relamerle el agujerito, se pone en pie y le revienta por detrás rellenándole de rabo. Le taladra el ojal, le deja montar sobre su verga y follan como locos por todos los rincones de la ducha hasta que Allen se corre encima y Harold se abandona sus bolas encima de la cara de ese granuja.