Ivan D se mete pajeo entre zapas y calzones después de jugar duro | The Male Muse

Post Game Jack

30 mayo, 2024

0 1.057

La temperatura de la sala en la que practicábamos artes marciales estaba a tope. Ivan D comenzó a darme clases personales cuando todavía íbamos con abrigo, así que cuando llegó la época estival, las mismas se desarrollaban con la mitad de nuestros cuerpos desnudos, de la cintura para arriba. Mirar a los ojos de Ivan mientras intentaba a la vez escucharle, era una ardua tarea.

Me transmitían una calma profunda, inexplicable, a la par que ejercían de imán de atracción, como si una fuerza centífuga me impulsara a inclinarme hacia adelante, como uno de esos dibujos animados que cuando huelen comida empiezan a flotar en el aire y van siguiendo el rastro del olor hasta llegar a su destino. Así me sentía y no podía evitarlo. Las ganas de besarle eran irrefrenables.

No sólo eran sus ojos, también su cara, atractiva, con barba. El hecho de meter otra ecuación en la fórmula y que ahora encima le viera semidesnudo, ya era demasiado para mí. Cuando un buen día, tras acabar la clase, se quitó los pantalones y dijo que se iba directo a la ducha y que cuando llegara a casa se iba a cascar un buen pajote, cuando le vi frente a mí desnudo por completo, con su largo rabo colgando frente a unos grandes huevazos, supe que ese era mi hombre.

Le vi alejarse hacia el cuarto de baño, meneando su lindo trasero, uno sobre el que me hubiera gustado dejar la marca de mi mano al pegarle un buen palmeo. Me lo imaginé llegando a su casa, pasando un rato consigo mismo sobre la cama, pajeándose a la vez que esnifaba las zapas sucias y la huevera de los calzones. Luego de rodillas en el conchón, con las dos zapas enfrente, aplicando una marcha arriba, pelándosela duro, intentando decidirse entre si correrse encima de la de la derecha o la de la izquierda, o puede que tuviera leche suficiente en esos huevazos como para hacerlo sobre las dos.