Guido Plaza disfruta a full la boca y el redondito culazo tragón de John Brachalli follándoselo a pelo | Lucas Entertainment

Qué menú más delicioso tenía sobre la cama. El culazo de John Brachalli abierto de par en par para él, de rodillas al borde del colchón. Guido Plaza meneó la cabeza en señal de aprobación, sin poder creer el apetitoso plato que tenía frente a sus narices. Una media sonrisa y a currarse el ojete de ese cabrón, inundándolo con la punta rígida de su lengua, descubriendo por primera vez lo apretadito que estaba.

El largo pollón de Guido respondía brincando de alegría entre sus piernas, todo tieso y bien duro. No tuvo que esperar mucho para que John se lo comiera, pero esto no fue lo único que hizo. Descubrió que John era tan tragón que por muy larga que fuera se la tragó hasta los mismísimos huevos, así que Guido empezó a follarle la boquita. Al principio fue con tiento para no hacerle daño, pero al descubrir las tragaderas de ese perraco, le atizó duro metiéndosela una y otra vez por la garganta.

Si miraba hacia abajo le iba a brindar la leche, pero es que tampoco podía parar el endiablado ritmo que llevaba penetrándole. Guido optó por llevarse una mano a la cara, apretar los dientes con furia e intentar contener todo el tiempo posible la leche a salvo dentro de sus cojones. ¿Quizá la mejor mamada y follada de boca de su vida? Quizá.

Ver al fondo el culazo de John no ayudaba en lo más mínimo. Tan grande y redondito, tan manoseable. Después de probar la boca, el culo fue una auténtica locura. Le dio por detrás, se le subió encima taladrándolo a toda potencia y en más de una ocasión entró en tiempo de descuento, propiciando la corrida para frenarla a tiempo. Ese culazo era una bomba de relojería, pero Guido no veía el momento de parar de machacárselo y dejarle toda la lefa encima.

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