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Alex Ink y Lobo Carreira disfrutan de sus cuerpos y hacen el amor sin condones | MEN

Alex & Lobo

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Aparece por la puerta y está para comérselo enterito de arriba a abajo. ¿Lo que más le gusta a Alex Ink de Lobo Carreira? Todo. Los vaqueros conjuntando con esa camiseta de tirantes de color blanco ceñida a su cuerpo, marcándole toda la musculatura, le pone perraco. La polla empieza a hinchársele en la huevera y hasta se le abre un poquito el ojete del culo, que le hace chirivitas al abrazarse a él y sentir cómo Lobo le devuelve el abrazo plantándole las manos en el culo.

Es su cara guapa, su pelo, sus ojos, sus labios, los besos de su boca, la masculinidad que desprende por todos sus poros de pies a cabeza. A Lobo le mata esa sonrisa de su chico guapo, tatuadito, guaperas. Se comen a bocados con lengua y pasan un buen rato deleitándose con el roce de los pelitos de sus bigotes sobre sus morros. Se quitan las camisetas, luego los pantalones.

Ninguno de los dos lleva calzones. Sus cuerpos desnudos son una auténtica delicia para los sentidos, en especial para el de la vista. Lobo la tiene morcillona, bien gordita como un buen plátano hacia abajo. Alex ya está empalmado, así que Lobo es el primero en atacar, en agacharse, recogérsela con la lengua e introducirla en el interior de su hambrienta boca.

Es larga y fina y da mucho gusto comérsela. Lobo se sienta, se pone cómdo y le hace una buena mamada mientras se pajea. El gusto que siente Alex se nota en todo su ser. Ojos en blanco, cabeza hacia atrás gimiendo de placer, con el índice y el pulgar de las manos se agarra ambas tetillas y se da gustito en ellas. El apetito de Alex comienza a crecer por momentos y aprovecha que Lobo se tumba para tragarse literalmente su miembro viril.

Toda la polla gorda dentro, hasta los huevos, hasta atragantarse y sentir que le sobrevienen las arcadas. Le encanta comerle el trabuco entero a su chico hasta llorar de felicidad. Se sienta encima de la jeta de Lobo y le da de comer de la rajta de su precioso culo de futbolista. Qué puto gusto sentir su lengua desvirgándole el ojal, el roce de los pelos de su bigote, su aliento entrándole por el agujero del ano.

Le tapona la nariz con los huevos. Que se lo coma todo bien comido. La preparación del primer plato tiene su premio. Se pone a cuatro y se prepara para recibir a pelo a su chico. Ante la visión de ese tremendo culazo blanquito, redondo, con ese ojete de vicio en toda la raja, hace que a Lobo se le ponga durísima. Se acerca a él por la retaguardia y le penetra sin condón.

Cómo gime el cabrón al sentir esa polla bien dura y gorda inflándole el ano, y eso que la ha tenido miles de veces dentro, pero todas las veces le gusta tanto como la primera vez. Se da la vuelta y se abre de piernas para mirar bien ese cuerpazo de macho empotrador mientras le folla. Está cachas, caliente, vicioso, le encanta ver esos pelitos recorriendo su torso, sus pectorales prominentes, cómo se le marcan los abdominales mientras ataca su culo a toda hostia.

Ahora le toca recibir a Lobo. Alex le acicala un poquito el culo y se la mete. Los gemidos de Lobo son más apagados, más para adentro. Le encanta sentir la larga pirula de su chico guaperas bien adentro. Sobre todo le gusta cuando le cubre por detrás, cuando se la enchufa hasta el fondo empujando con el culete y le deja las bolas en la raja taponando la entrada de su esfínter.

Le pajea la polla con el culo sentándose encima y luego se toman un tiempo para cerdear. Los dos de pie, comiéndose a besos, desnudos, cada uno agarrando la pija del otro, cruzando pajas, sintiendo el gustito de la fuerza de la mano del otro sobre el pene duro y desnudo. Alex sabe lo mucho que le gusta correrse a Lobo mientras se lo folla.

Se tumba y deja que cabalgue encima de su polla, dándole al espalda. Lobo se casca un pajote y empieza a manar leche condensada, blanca y en abundante cantidad. En ese momento a Alex se le escapa la polla del interior del culo y recibe una descarga blanca en todo el rabo. Alex hace que su chico se ponga en pie. Él se queda sentado y le chupa el pito. Le chifla comerle todo el semen.

Se relame, le mira y traga. Alex se aproxima a la cara de su chico y se la pela efusivamente. Siente la lengua de Lobo chupándole los huevos. Siente que la paja le recorre el rabo saliendo de sus pelotas. Lobo pone la carita justo debajo, abre la boca y recibe unos buenos colgajos dentro. Cierra la boca y cuando la abre hace pucheros expulsándola toda fuera, ensuciándose los morros con ella y toda la barba. La lefa le cuelga por la barbilla. Alex se inclina y le pega un morreo. Cuando despegan sus labios, la lefa se resiste a despegarse de las bocas, de los pelos de sus bigotes y barbas, pegajosa, resbaladiza.

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