
[MEN] Allen King y Pierre Fitch se follan en «3300 Miles»
Si hubiésemos estado viendo el 24 horas de Gran Hermano, sin duda habríamos apreciado el pedazo edredoning que una parejita se está marcando bajo las sábanas, Allen King encima dando saltos, cabalgando y Pierre Fitch tumbado y sintiendo encajarse la polla en su interior. Además habría sido el primer edredoning gay después de más de 15 años a dos velas. Y si después encima no hubieran censurado la imagen de Pierre Fitch saliendo de la cama y dirigiéndose a otra estancia, igual que lo hace aquí con total naturalidad, con toda la picha larga y gorda colgando y meneándose a cada paso, mejor que mejor, alimento para la vista y fuerza para nuestra ocupada mano.
La lástima es que el motivo por el que se tiene que levantar de la cama es un mensaje de trabajo que lo llevará muy lejos, a 3,300 millas. Un mes completo de espera que a Allen se le hace eterno esperando un mensaje, una llamada, apaciguando la espera con paseos interminables medio desnudo por la casa, con apenas una camiseta de tirantes blanca y unos gayumbos con un buen paquetón que da gusto mirar, con su larga polla marcando la curvatura dentro de la tela, un prominente bulto propiciado por las pelotas y después más rabo curvándose hacia abajo y colándose entre sus piernas, todo un paquetón.
30 días y cuando aparece su amante por la puerta, lo primero que hace es dirigirse a la cama para darle la calurosa bienvenida que se merece, porque está deseando tocar su cuerpo caliente, sobar con sus manos otra vez la polla que tanto le gusta. Ha sido muy fiel y se merece un gran premio. Según se las sacan ambos, no hace falta que digan nada más, sus rabacos hablan por sí solos, tiesos y enormes, preparaditos para comer. Pierre hace los honores y es el primer en agachar la cabeza hasta atragantarse. Él también venía con mucha hambre. Le deja toda la polla ensalivadita y mojada y Allen la tiene a punto de estallar, qué larga la muy puta ahí apuntando hacia el techo toda empinada y dura.
Pierre no es de los que la mama posando los labios y resbalando, el tio abre la boca y se la mete de golpe hasta donde le llegue para después chupar y chupar degustando el sabor saladito. Antes de marcharse, en la relación de pareja casi siempre era Allen el que cabalgaba sobre su pollón, por eso le sorprende tanto y le pone loco que su noviete de repente se dé la vuelta y se le ponga a cuatro patas con el culo abierto ensanchando el ojete. Allen aprovecha y le pega una buena comilona a ese agujero por el que tan pocas veces se ha podido colar. Hace tanto tiempo que no se lo exploran que seguro está cerradito todo para él.
Si bien sabe que esa noche podrá explorárselo por completo, el también decide darse la vuelta y ponerle a su disposición su culete. Pierre se lo come como una hamburguesa que está tan rica que no sabes por dónde empezar a hincar el diente, le pone la cabeza encima del culo del revés y sumerge los morros y toda la jeta en la raja del chaval pegando unos buenos sorbos de vicio, desplazándole los cachetes con las manos para poder meterle la lengua cada vez más adentro.
Cuando Pierre le da la vuelta y le vuelve a comer el rabo dejándoselo lubricadito, Allen ya entiende que va a ser el primero en meterle la tranca por el culo. Ahí le tiene por fin después de tanto tiempo, a cuatro patas, con su bicha a punto de entrar dentro. Ni contemplaciones ni hostias, con las ganazas que le tenía desde hacía un mes, se la mete machacándole el trasero a taladradas. Se la ha puesto tan dura y larga que hasta le falta condón para poder cubrir toda la polla.
Ni siquiera le da tiempo a Allen a retirarse el condón cuando Pierre le ha dado la vuelta para devolverle la follada. Esta deseándolo también, volver a notar el calorcito de ese rabo gordo y enorme cubrirle por detrás. Han pasado tantos días que bni siquiera es consciente de que el ojete ya no está acostumbrado a esa envergadura, así que tarda un ratito en abrirse camino por su agujero y hacerle a su mano. Pero finalmente ahí le tiene, culeándole y embuchándole como si no hubiera pasado el tiempo. No recordaba que la tuviera tan gorda, quizá le ha crecido en el mes que lleva fuera, pero sea como sea le encanta. Para sentirla en toda su inmensidad dentro del culo, le deja tumbado y se lo zumba saltando encima, hasta aplastarle los huevos en cada sentada.
Quiere que se lo dé todo. Después de un mes tiene que tener los cojones bien cargados de amor, así que Allen como un perraco le pega unas caladas al rabo y se queda tumbado boca arriba con la cabeza casi entre las piernas de Pierre, abriendo la boca y sacando la lengua para ponerse sucio. Al verle así tumbado esperando la lefa, Pierre no aguanta más y se corre con los lefotes cayendo hacia abajo y deslizándose por la barbilla y el cuello de Allen, que los aprovecha para comer huevos rebozados en leche ahora que los tiene tan cerquita.
Con el rabo colgando y brillante de lefa, Pierre se agacha y atrapa con la boca el rabo de Allen, abriendo de nuevo la boca para tragárselo enterito. Menudo palo largo. Del gustillo, Allen se la saca y se la pajea dejando que su chico vea su corrida desde una posición privilegiada y lo disfrute regadito de leche con unos últimos besitos.