La primera vez que vi a Alejandro Mango la recuerdo perfectamente, en un trailer para otra productora española, en el que nada más aparecer ya me encantó, es de estos chicos que a un primer vistazo atraen por sus rasgos y su mirada. La escena completa fue un placer al descubrir que además de guapo, tiene un cuerpazo increíble y le encanta el sexo. Una de las cosas que más perro me puso fue escucharle decir guarradas y cómo se follaba al otro tio. Ahora, después de un tiempo sin verle en el porno gay, llega a FuckerMate.com más atractivo que nunca, con una escena para lucirse a solas.

No sé lo que tiene, pero debe ser algo muy especial, porque al verle con las cadenas cruzándole el cuerpo morenito y fibrado, el rabo empinado y la manita pajeando mientras la otra mano masajea el resto de su cuerpo, consigue ponérmela dura al instante. La forma de su ombligo tan sexy, la pronunciada hendidura del lateral de su torso cuando confluye con la pelvis, la forma en que cae su polla cuando la deja libre, con un buen pellejo para juguetear y guarrear hasta hartarse, toda una muestra de perfecta anatomía de un chulazo.

Me encanta ver la forma en la que cada tio se pajea, algún día os contaré cómo empecé yo a pajearme sin saber lo que estaba haciendo del todo. Los hay que se la agarran a dos dedos o tres, otros desde arriba, cada uno tenemos ya nuestra forma cogida, hemos aprendido a hacerlo así con amigos o a solas y nos surge de forma natural. La forma de Alejandro es como la de casi todos, pero a él le mola hacerlo a ritmo rápido, con todos los dedos de la mano bajo el rabo y el pulgar arriba y centrándose sobre todo en la mitad de la polla hacia arriba, descapullándose el glande una y otra vez aprovechando el contacto del pellejo cada vez que se la remata.

Cuando decía que le encantaba el sexo, los que ya le hayais visto antes no hace falta que os diga por qué, pero los que lo descubran ahora lo entenderán al verle darse la vuelta, poner el culo en pompa y darse unos cachetitos con un par de dedos en el precioso agujero del culo que tiene, mirando a la cámara y animándonos a meterle todo el rabo dentro. El tio es un cabronazo, lo deja abierto unos segundos que parecen interminables mientras se echa por encima lubricante por encima. Así me encantaría regarle con mi leche y después volver a meterme dentro al calorcito hasta zampármelo. Delirante ver las gotas de líquido como si fuesen lefa calentita recorrer su raja hasta tocar la abertura del culito.

Es imposible que no consiga ponernos tan cerdos cuando saca la lengüita mirándose la polla, como si quisiera chupársela a sí mismo, cuando se relame el sobado y el brazo, cuando se abre de piernas y abre el culo a tope subiéndose a los reposabrazos del asiento de rodillas con todo el rabo y los huevos colgando entre medias bien visibles, gozando de la paja que se está metiendo.

No soy muy fetichista, pero aparte de las zapas, hay una cosa que me vuelve loco, que son las cadenitas estas que llevan los militares con las chapas. Me encanta ver a un tio guapo y fuertote luciéndolas al cuello, rebotando una y otra vez sobre su cuerpo mientras se lo follan, mordiéndola con rabia mientras la mete en otro culo. La cadenita que se agencia Alejandro y la forma en que la agarra entre sus dientes, consigue el mismo efecto, preciosa la imagen de perfil contra el azul del fondo, tan guapo mordiendo y tirando de la cadenita. Consigue dejarme KO cuando suelta un salivazo y, sin dejar de mirar a la cámara y con la lengua por fuera, le va cayendo todo hacia abajo, una deliciosa guarrada para correrse de gusto.

Este tio está para comérselo y pegarse una buena sesión de follada, no hay quien se aburra con él en la cama. Cómo consigue encabronarme con todo lo que hace, cogiendo la botella de lubricante como si fuese agua fría y echándoselo por encima, haciendo que sus musculos brillen más, la forma en la que mira cómo cae y después lo comparte con nosotros mirando hacia la lente y haciéndonos partícipes.

Os invito a hacer lo mismo que yo, coged asiento cómodamente mientras os atrapais la polla con las manos sin dejar de pajear, imaginando que le meteis un pollazo tras otro ahí según está, en posición de autolefazo, dado la vuelta en el asiento con el culo hacia arriba y la polla apuntando a la boca y después de haber disfrutado de la follada, tener el placer de sentarse codo con codo como buenos colegas y pajearse el uno al otro, sintiendo su respiración, mirando su boquita juguetona, notando ese momentazo en que se le pone toda gorda, se le tensan los músculos y estalla saliéndole la leche por el capullo acompañada de varios gemidos de gusto. No os voy a contar lo que hace con la lefa, mejor lo veis y disfrutais del momento, pero ya adelanto que es una cerdada que me pone burro.

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@fotografías por Emciphoto

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