Estaba contento o es que se alegraba de verle. Devy sonrió al mirar hacia abajo, luego dirigió su mirada hacia Brysen, halagado con que esa cimitarra que alzaba la parte delantera de sus bermudas fuera por él y para él. Se notaba que la tenía durísima y firme y eso le ponía bien cachondo. Sin embargo fue Brysen el primero en hincar las rodillas en el suelo y bajar los vaqueros a ese chulazo que le estaba volviendo loco desde que le vio la carita y su atlético torso.
Se encontró con una sorpresa, una buena polla larga y fina, una pija perfecta para sacarle jugo con los labios como si fuera un calippo y para colársela hasta el fondo de la garganta. Se la metió en la boca, comenzó a chupársela y Devy echó la cabeza hacia atrás intentando contener esa primera oleada de tremendo gustazo que le invadía.
Tras una paja de tornillo y una mamada, Brysen lo puso todo en juego y se la tragó hasta el fondo. La carita roja como un tomate, las venas del cuello hinchadas. La mantuvo un ratito allí dentro, quedándose sin respiración, soltando un par de arcadas contenidas. Miró hacia arriba, todavía con lágrimas en los ojos. Se enamoró de ese Devy guapo e hizo lo que le apeteció en ese momento, regalarle su culazo.
Se fue hacia el sofá, se tiró encima, se puso de lado elevando una pierna y dejó su culo abierto. Devy se lanzó tras él y sumergió sus morros en esa apetitosa raja, dándole al ojete con la lengua, raspándole con su barbita de varios días. Le escupió en el agujero, se lo dedeó esparciendo su saliva por los bordes, se puso de rodillas detrás de él y con su polla larga y dura le penetró sin condón.
Ya tenía la verga dura, pero se le puso todavía más al meterla y sentir el apretón de ese culazo atrapando su pene. Entraba super ajustadita. Brysen se agarró una nalga, Devy la otra. Entre los dos las separaron para que así Devy apreciara dónde la estaba metiendo y lo bien que le estaba penetrando a fondo. Haciendo uso de su fornido torso musculado, Devy se colocó casi en posición de flexiones y se entregó a la follada. Menudo caramelito guapo y chulazo dando por culo a otro de su misma estirpe, con ese six-pack bien marcado.
Se sentó en el sofá y Brysen encima de sus piernas dándole la espalda, clavándose su polla a pelo. Devy se fijó en el rabaco de Brysen, mucho más grande que el suyo y más grueso. Ni se la había chupado, pero ganas no le faltaban. De momento se alegraba de verla rebotando cada vez que saltaba, golpeando su muslo. El movimiento era hipnotizante.
Más difícil fue aguantar el tipo cuando se le puso a cabalgar de frente y ese pollón le metió una sacudida rebozándose por sus abdominales. Lo logró y con creces, a pesar de tener saltando sobre su polla, tragándosela con ese culazo, a un tiarrón atractivo y cachas bien dotado entregándose a él de esa manera. Brysen se puso de pie, levantando una pierna, colocando el pie en el asiento del sofá.
Quería a Devy detrás, dándole por culo mientras él se granjeaba un pajote. Mientras Devy le empotraba por detrás, sudando, con los huevos bien cargados, Brysen aprovechó y se ordeñó el rabo sacándose bien de leche que fue a parar al suelo. Pero para ese guaperas de ojos azules tenía doble ración de leche. Una vez se hubo sacado la primera tanda, puso disfrutar más de él y enfrentarse a su carita guapa y a sus ojazos, dejándose follar bocarriba.
Le gustaba demasiado. Se corrió por segunda vez, esta vez encima. Devy también estaba agotando sus reservas. Aguantó follando hasta el último segundo en el que, con un movimiento rápido, salió del culo de Brysen y se dirigió raudo hacia su cara pajeándose la polla y maquillándole las mejillas y la barba con su generosa leche. Brysen le cogió el rabo y se lo llevó a la boca relamiéndole las sobras. Devy se inclinó y le relamió el pegote de lefa que le había dejado en toda la barba.