Todo un rompecorazones, sexy, atractivo, guapo y cachas, Brent Savage se siente como en casa cuando una cámara lo está grabando. La seduce con su mirada de ojos azules enamoradizos, arqueando sus dos brazos y enseñando sus potentes biceps, aunque los más cerdetes dirigirán su mirada hacia los pelazos de sus sobacos. El chaval está irresistible vestido con esas bermuditas rosas y la camiseta blanca de tirantes.
Se la levanta un poco, hasta el pecho, luciendo unos abdominales de lujo. Sabe que estás deseando cabalgarle, tocar con tus manos ese cuerpazo musculoso mientras él se dedica a follarte, a meterte la polla bien adentro. Que no te engañe la vista cuando se quita los calzones. Ahí dormidita y colgando, aunque pueda parecer de tamaño medio como la de cualquier hombre, vas a adorarla cuando crezca.
Toda dura se convierte en un falo grueso y voluminoso que apetece meterse dentro de la boca y masturbar con las manos. Brent va bien servido. Su pollón todo empinado a lo bestia, formando un ángulo recto, comulga a la perfección con su cuerpo tonificado. Se recuesta en la cama y empieza a masturbarse. Le gusta hacerlo con la zurda y agarrársela fuerte de la mitad hacia arriba.
El roce le pone caliente. No tiene cerca una almohada para suplir sus necesidades, pero enseguida encuentra una esquina donde jugar, frotando su pene por encima de la suave colcha que se deja querer, que poco a poco se va mojando con el precum que sale por su cipote. En el cenit de lo más cachondo, Brent se la pajea duro y se corre soltando un lefazo que le llega hasta la jeta, metiéndose un auto facial que te hace oler y saborear tu propio semen a la fuerza.
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