Tirarse tanto tiempo en el trullo, a veces tiene sus ventajas. Conoces a muchos guardias y al final siempre cae alguno que se deja embaucar a cambio de algo. Ryan Bones ha conseguido que uno de los de seguridad del que es muy amiguete y de fiar, le deje salir unos minutos con él a ver el partido por la noche en la garita, el segurata se ha quedado sopa y él ha aprovechado para quitarle el uniforme y pasar revista.
Los jóvenes novatos no pierden el tiempo. Dos presos guaperas a los que pusieron juntos en una misma celda esa misma tarde, están en el suelo haciendo un sesenta y nueve, uno encima del otro comiéndose las mingas los muy cabrones. El que está debajo es Killiam Wesker, un chulito con el pelo pincho y con una pija bien larga con la que parece que a su compi entre rejas no le importa ahogarse. Collin Lust tiene una cacho polla gorda con la que más que dar de comer a su recién conocido colega, parece que le está follando la jeta.
En cuanto escuchan pasos, se levantan escondiendo con dificultad sus rabos tiesos bajo el mono y con el dorso de la mano se limpian las babas, unas babas que deben saber a polla. Ryan sabe que hubiera dado igual hacerse pasar por segurata o no, pero le mola el rollito de dar órdenes y la idea de poder usar a esos dos chavalitos como a dos putillas, así que se hace pasar por guardia, se mete en la celda, se coloca entre los dos, se saca el pollón por la bragueta, coge a cada uno por las cabezas y les obliga a agacharse para comer rabo.
Qué ricos los besitos que se dan los dos en la distancia, sus morros separados por el grosor de su polla, pajote a dos bocas. Cuando se la dejan bien engrasadita, les ordena ponerse mirando hacia la pared, con las manos apoyadas sobre el muro y ls piernas abiertas, una práctica a la que ya están habituados, ya que cada ronda de noche se revisa si alguno se ha metido algo por el ano.
Supervisa que están limpitos y también que tienen una buena dote colgando entre las piernas. Ahora toca ver qué tal bailan sus rabos y sus pelotas al son de la follada que les va a meter sin condón por el culo. Collin se la traga al completo. No sabe por qué motivo habrá ido a parar allí, pero si fuera por tener pinta de haber probado los mejores rabos del mundo, estaría en prisión de máxima seguridad. A Killiam parece costarle un poco más. Estaba claro que de haberles dejado continuar su fiesta en pareja, este habría sido el activo.
Siente mucho haberles jodido el momento, pero ahora el activo allí es él y esos dos culazos son suyos. Dentro de la celda, fuera de ella metiendo el rabo entre los barrotes hasta calzarla dentro de un buen culo, disfruta de lo lindo con sus dos nuevas zorritas. Una última órden antes de regresar al garito para el segundo tiempo. Vuelve a pedirles que se arrodillen, junta sus dos guapísimas caras y les deja todos los mecos calentitos en las bocas.
Mientras echa la llave, mira a través de los barrotes y les ve allí desnudos, en pie, morreándose con su lefa entre los labios, resbalando por sus barbillas. Todavía tenía para ellos alguna gota de esperma que ahora se seca en los calzones. Ryan dirige sus pasos hacia la sala de los guardias, vuelve a ponerse su roipe de preso y antes de abrir la puerta suelta un último gemido de satisfacción.