Dalton Riley y Sean Maygers se hacen un flip-fuck sin condones | Next Door Studios
Alguien debería haber advertido a Dalton Riley de que nunca hay que guardar lo barrido debajo de la alfombra, en este caso, de que nunca hay que guardar objetos comprometedores que una visita pueda encontrarse y mucho más si esa visita es Sean Maygers y si ese objeto es una foto suya. ¿Por qué hay una foto de Sean bajo el cojín del sofá de Dalton?
Esa es la pregunta que le hizo directamente Sean cuando Dalton regresó del baño, consiguiendo que el chaval empezase a salir por peteneras algo nervioso sin saber qué decir al respecto. Sean tenía alguna idea del por qué, por eso se fue acercando a su amigo, poniéndolo más nervioso todavía. Al final cuando tuvo ese cuerpazo de machote tan cerca, tuvo que confesarlo todo.
Esa foto estaba ahí, porque la usaba para hacerse algunas pajillas, porque le molaba todo entero, su cara, su bigote, sus labios, su barbita, su cuerpo, su gran polla. Eran tantas las alabanzas, que Sean se sintió superado y dejó que Dalton le chupase todo aquello que había deseado. Comenzó por los labios, bajó a comerle los pezones, le metió una mano por debajo de los vaqueros y arqueó la espalda para comerle la polla.
Se la comió a trompicones, se notaba que tenía hambre desde hacía años. Lo que no se esperaba Dalton para nada es que, cuando ya tenía el culo preparado para recibir los pollazos de su colega, Sean se encaprichó de la polla de Dalton, algo más delgada pero con unos cojones colgantes que eran una puta delicia, y se empecinó en que se la metiese a pelo. Vaya que si lo hizo, con muchas ganas, haciéndole prometer que después llegaría su turno y le llenaría también el culo de felicidad.
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