[MEN] Los hombres lobo Gabriel Clark y Jessy Ares se follan al macho alfa Paddy O’Brian en «Howl 2»
Una de las acepciones de la palabra «lobo» en el mundo del porno no es otra que la de un hombre al que le gustan los hombres, con algo de pelo en el pecho, musculoso, esbelto, atractivo y sexualmente agresivo. Paddy O’Brian cumple todos los requisitos y por eso es el macho alfa de la manada, el que impone, decide y dispone de todos sus pequeños y atractivos cachorros para que le den placer cuando le venga en gana. Si los primates dan rienda suelta al sexo y se lo hacen con cualquiera de su especie, en el mundo de los hombres lobo la cosa no es diferente, porque un buen macho tiene que descargar los huevos de vez en cuando para dejar correr la leche libremente.
Jessy Ares y Gabriel Clark van a recibir una grata recompensa por su lealtad a la manada, poder disponer del cuerpo de Paddy O’Brian y así poder liberar las tensiones y todo el semen que inunda sus huevos. Postrados ante el cuerpo de su amo, le soban y repasan con la boca y las manos como dos animalillos en celo. Gabriel Clark es el más travieso de los dos y enseguida se le ilumina la cara y se le cae la baba cuando tiene delante de sus ojos la impresionante herramienta del macho alfa. Jessy Ares se comporta más comedido, pero no quita ojo del pollón que está aprisionado entre la tela de los calzoncillos.
El más joven de la manada es el que está más hambriento y enseguida la saca, la atrapa con la mano y se mete un reventón llenándose toda la boca de cipote. En un gesto de buena voluntad, le pasa el testigo a Jessy que también se inunda la boca con ese rabo potente y gordo. Por turnos les tiene comiendo de su entrepierna, alimentándoles las boquitas. Con el sabor a polla todavía en la boca, Jessy se levanta y empieza a restregar su paquete por la pierna del macho. Con un poco de su ayuda, le saca el rabo largo y empinado que el jovenzuelo enseguida se apresura a coger entre sus labios. Pasando de una a otra, les muestra a sus mayores el respeto que merecen.
Entre los dos ayudan a Gabriel a despojarse de sus apretados pantalones y descubren una jugosa polla grandota que a Jessy le despierta el apetito. Juntos los tres y de pie hacen todo eso que sólo los machos sabemos hacer tan bien, comparar nuestras pollas de cerca, sintiendo el calorcito de los rabos enormes de otros hombres derca del nuestro, el contacto de los cipotes, el cruce de troncos como en una lucha de espadas. La de Paddy es gruesa y con un capullo enorme destrozaculos, la de Jessy larga y fina como un lapicero y la del joven Gabriel gorda, larga y con un estilo inconfundible.
Vuelta al redil de rodillas, los dos cachorros se comen a besos la boca con el pollón de su maestro entre medias, dándose y dándole todo el cariño posible. Estas muestras de afecto entre la comunidad están muy bien aceptadas y se están ganando a pulso la posición dentro de la manada. En ausencia de hembras, bien vale el culo de un hombre para descargar las pelotas. Paddy les tiene bien educados y cada uno sabe qué hacer cuando la polla se le pone dura. Jessy encorva la espalda y abre el culo mientras Gabriel por orden de su amo se lo prepara para que le entre todo el rabo dentro con el menor dolor posible.
Pero en las manadas de hombres lobo, no es siempre lo que parece. De vez en cuando el macho alfa se muestra receptivo y necesita sentir lo que él mismo da. Es el día de sus cachorros para aprender a comportarse como unos machos alfa y Paddy O’Brian les va a dar una nueva lección de supervivencia, folarse el culo del más fuerte. Paddy levanta una pierna y deja que sus súbditos se alimentes del sabor del agujero de su culo y experimenten el placer de abrirlo para después introducirse en él.
El más jovencito prepara el camino del mayor, que por edad tiene preferencia para que aprenda él después. Gabriel chupa culo y chupa la polla de su hermano para que encajen a la perfección. Aprenden rápido y enseguida sienten la energía de follar, casi emitiendo ladridos no paran de chupar con las bocas todo lo que pillan. Culo, pelos del culo, cabeza, bolsa de los cojones, nada escapa a esas bocas hambrientas. Gabriel aprovecha un despiste de su hermano mayor para atacar el culo y pasar a la etapa adulta. Por primera vez experimenta el placer de penetrar con su polla el culo de un macho.
Tiene poca experiencia, pero su hermano enseguida le ayuda desde atrás para que la enfile correctamente y sienta todo el gusto, rozándole suavemente con la punta del capulo en su culito para animarlea meterla por completo sin miedo. Es normal, al jovencito le está viniendo un regusto a la polla que no sabe ni de dónde le viene, el miedo a correrse por primera vez. Con el camino ya abierto, el mayor se enfunda el condón y mete polla. El pequeño disfruta viendo cómo su hermano folla y se dedica a regodearse paseando la boca y las manos por todas partes.
Jessy se lo agradece porque así le pone más cachondo y el rabo más duro y termina levantando una pierna para que su hermanito le dé gustazo comiéndole el culo. Gabriel que es juguetón como él solo, no se conforma con el pandero de su hermano, así que agacha la cabeza y se pasea por el punto más caliente, gozando de la polla, los huevos y el agujero penetrado del macho alfa y terminando por el rabo, los cojones y el culo de Jessy, casi un metro de placer cargadito de calor y olor a hombre.
Ahora que ya se han iniciado, Paddy les deja una nueva ronda para que demuestren lo que han aprendido. Jessy vuelve a empotrarle el culo mientras deja que su hermano se divierta por ahí abajo con todo colgando a su disposición, antes de dejarle el hueco abierto. A Gabriel ya no le hace falta ayuda para saber cómo meterla dentro. Ha cogido la posición y el ritmo perfectos para no sentir miedo a corrrerse de gusto. Los cachorrillos lo están haciendo muy bien, ya no sólo penetran de pie, sino que experimentan sintiéndose los amos, sentándose y dejando que sea el macho alfa el que coja asiento sobre la polla empalándose hasta los huevos.
Ha llegado la hora de la verdad. Un hombre lobo macho se mide por el tamaño de su polla, por la habilidad al meterla y por la cantidad de leche. Paddy debe juzgar si pasan la prueba. Se arrodilla ante ellos con uno a cada lado y espera a que se pajeen lo suficiente para lanzarle toda la leche que pueden expulsar por los cojones. Primero les enseña cómo se descarga una buena polla, pajeándose con rabia y soltando esperma por un tubo. Con una mano extendida debajo de cada polla, el primero en lefar es el pequeño. Lo hace sin control, soltando manguerazos de lefa por todas partes a escupitajos pero dejando una buena parte de él sobre la mano de su jefazo.
Al mayor le cuesta un poco más correrse, pero termina haciéndolo con control, con un salivazo de leche que escupe hacia arriba y cae certero y espesito sobre la mano de Paddy. Con las manos llenitas de semen, les agarra las pollas embadurnándoselas y dejándoselas brillantes antes de juntar los dos regueros de esperma como si fuese jabón para lavarse las manos y, siguiendo el ritual de los hombres lobo que despiertan a la madurez, se frota todo el semen caliente y recién sacado de sus cachorros por el cuerpo para conseguir la unión y la fortaleza.
>> TRIO DE LOBOS GABRIEL CLARK Y JESSY ARES SE FOLLAN AL MACHO ALFA PADDY O’BRIAN POR TURNOS EN «HOWL 2» EN MEN.COM
