Jean Franko siempre ha estado presente como una de las estrellas de porno gay más importantes del mundo entero. Son míticas sus escenas, esas que veíamos muchos cuando apenas estábamos empezando a cascarnos nuestras primeras pajas o empezando a descubrir el placer de hacérselo con un tio. Entonces se colaba él en nuestros pensamientos y, como un buen macho empotrador, cumplía cada una de nuestras más secretas fantasías. Solemos tener un ideal o enseguida se nos viene un adjetivo cada vez que mencionamos a una estrella del porno en función de lo que hemos visto de él. Jean Franko para mí es «el macho» por excelencia y siempre que lo nombro no puedo evitar que me venga a la mente un tiarrón enorme y fuerte empotrándome como un salvaje hasta correrse encima de mí y descargar.

Desde sus últimas apariciones delante de las cámaras, han pasado ya nada menos que dos largos años y ahora regresa mejor que nunca, tal y como podeis ver en la entrada especial de la web en su regreso. Mucho más atractivo si cabe y con un cuerpazo capaz de hacer que cualquier tio caiga rendido a sus pies. Un regreso como este merece la mejor de las bienvenidas, por eso los chicos de FuckerMate.com han querido brindarle para la ocasión la oportunidad de medirse en una batalla de campeones, nada menos que con uno de nuestros machos españoles, Antonio Aguilera, que aunque sea hetero, le encanta follarse un buen culazo de un tio, y aquí tiene uno de los mejores y más potentes.

Agradecimientos de Jean Franko para los fans desde su Instagram

Sexy Suturday nos desea Jean Franko

Jean Franko ha salido a hacer deporte a las afueras de la ciudad con el fresco de la mañana. Cansado, decide hacer una paradita y de paso atarse los cordones para continuar. Ni siquiera se da cuenta de que los pantalones de deporte se le bajan más de lo normal por la parte trasera cuando se agacha, dejando a la vista una hucha divina de deseo, una raja de culo bien hermosa de las de fontanero, de las que a uno enseguida le entran ganas de meter la mano y posarla ahí dentro al calorcito, explorando con los dedos toda la raja entera. No es el único que ha elegido esa hora para echar a correr. Otro chaval fuertote se acerca para tomar un descanso y Jean Franko aprovecha para pedirle agua. Pero no es lo único que quiere del recién llegado.

Allí, apartados donde nadie puede verles, con el calorcito y el sudor, Jean Franko está a tope y aprovecha que el tio se le acerca a dejarle el agua para echarle la mano al paquete sobre los pantalones de deporte. Así de claro y directo, el mensaje queda entendido a la perfección por Antonio Aguilera, que lo levanta y le conduce a un lugar en el que sellar esa nueva amistad. Donde antes estaba la mano, Jean Franko coloca la boca, le pega unos tientos con los labios y la lengua por encima y después le baja los pantalones con cuidado, dejando que salga gorda y hermosa una polla grande y empalmada, como los pasteleros dirían, nada para llevar, sino para consumir en ese mismo momento.

Ya echábamos de menos esas mamadas locas de ganas de Jean Franko. El tio no deja centímetro del rabo sin recorrer con los labios y la lengua y lo que no puede abarcar con ellos los suple con la mano, pero no deja de rechupetear y pajear todo lo humanamente pajeable de ese tronco enorme. El vicio que le pega al pollón de Antonio Aguilera es de campeonato, intenta metérsela hasta el fondo de la garganta y se queda a apenas un centímetro o dos de conseguirlo. Antonio le tapa la nariz como si estuviera en la piscina y por detrás le agarra la cabeza forzando un poco para que eso le entre mejor y del gustillo que le da el cabrón le coge toda la cabeza y se la folla con unos movimientos rápidos hasta tocarle fondo.

Jean Franko ha llegado con mucha hambre y no para de elogiar a su recién estrenado amiguete, alabando su poderosa gigante y gorda polla. Antonio toma asiento sobre la cama y le deja el rabo empinado para que juegue con él. Jean Franko le agarra de la base y le mete un pajote con toda la mano recorriéndole de los huevos a la punta del nabo varias veces, se coloca de lado y se relame con el saborcito de su pollón.

El potente culo que el morenazo ha exhibido desde que se conocieron, no ha pasado desapercibido para Antonio, que ya se está calentando. Se levanta y va directo hacia él dándole de hostias y un poquito de «spanking» con la mano y la polla, comprobando lo duro y fuerte que está. Puto morbo total, con los pantalones puestos, Jean Franko le deja la abertura exacta para que por fin le meta el pollón por el agujero. Lo estaba echando tanto de menos, después de tanto tiempo, un rabo enorme dentro de su culo. Lo recibe con muchas ganas, suavecito como él quiere, y cuando ya lo tiene dentro pedazo sonrisa que echa del gustazo de sentir todo eso atravesándolo de lado a lado.

Un culazo que es un monumento, tragón, grandote y perfecto para dar cabida a cualquier polla, la del Aguilera bien gorda queda atrapada allí dentro sin escapatoria, un par de globos que se bambolean como un flan consistente y duro cuando Antonio le hinca rabo hasta estamparle las caderas encima.

Tumbado boca arriba sobre la cama y con las piernas recogidas sobre su torso y el culo bien abierto, Jean Franko deja que Antonio se lo folle hasta reventarle. Dos machos dándose gusto, frente a frente. Jean Franko le toca el cuerpo que se menea adelante y atrás justo enfrente de él comprobando su dureza y se revuelve sobre la cama, probando ese rabazo dentro de su culo y sintiéndolo hasta el fondo en diferentes posturas. El gustito le lleva a agarrar a ese macho por detrás pidiéndole que le meta más caña. No sabe lo que está haciendo (o sí), porque de repente Antonio Aguilera mete una de sus marchas y le empotra como un salvaje. La cámara desde arriba nos deja disfrutar de ese momento, con el rabo duro y enorme penetrándole mientras el pollón y los huevazos de Jean Franko se menean con el ritmo endiablado de la follada.

Tras la locura del «plas plas» del choque de los muslos de Antonio contra su culazo y la imagen de los cojones de Jean Franko sin parar de moverse, gordos y consistentes sobre su cuerpo, llega la hora de la cabalgata, no la de reyes magos de oriente, sino la de los reyes del porno caliente. Jean Franko toma asiento y se mete una deliciosa clavada, autopenetrándose poco a poco con ese jodido pollón que está a punto de reventar, cogiéndole el pedazo de carne y ensartándose encima, así, frente a la cámara, dejando también su propia polla y las pelotas al aire para que disfrutemos de su enormidad.

Jean Franko en estado puro para todos nosotros, pajeando con el culo la polla de otro chaval y con el rabo colgando meneándose mientras cabalga. El tio se encorva a tope para meterle un buen pajote y es alucinante ver cómo los cojones de Jean Franko van resbalando por los de Antonio Aguilera, cuatro pedazo huevos enormes y calentitos, pesados y cargados de leche para alimentar. De repente y sin dejar de cabalgarle, le cierra las piernas y deja reposar su rabo entre medias de sus muslos. Antonio está como un verdadero rey, poniéndose como un toro, mirando cómo ese culazo se desliza por su enorme polla.

A cuatro patas y con los cojones colgando, Jean Franko recibe por detrás ese rabo incansable una vez más. Si antes el detonante fue agarrarle el culo pidiéndole más, ahora lo son los piropos. Basta con decirle que le encanta su polla para que Antonio se lance como un potro y se la encaje de tal forma que hace que una postura a cuatro patas acabe siendo una follada boca abajo sobre la cama, porque Jean Frankop se rinde a ese pollón potente y se deja resbalar hasta comer colchón.

Con el culo en pompa, Antonio le ataca penetrándolo desde arriba. Ahora ese culazo bombón que disfrutaba de frente, lo disfrutamos nosotros. Una preciosa cabalgada con el culo inflándole la polla, los dos cuerpazos de macho enganchados y unidos y el rabo enorme de Jean Franko descansando sobre sus abdominales, proporcionándole un masaje completo y calentito mientras se lo reboza por encima. Y por si fuera poco, junto a esa imágen delirante, el sonoro choque del peso del culo de Jean Franko una y otra vez cuando cae sobre sus muslos.

No hay una buena bienvenida sin una buena corrida y para eso nada mejor que brincar con mucha leche. Jean Franko se lo agradece corriéndose mientras se la sigue metiendo, exprimiéndose el rabo hasta soltarse la lefa encima y después cogiendo el rabo de Antonio, poniéndole la jeta pegada a su cipote y embadurnándose la cara de lefa según va saliendo por su raja toda calentita con la ayuda de su mano. Con eso ya tiene parte del desayuno para recuperarse de la carrera, o el after shave para el afeitado. Bienvenido de nuevo Jean Franko!

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Fotografía por Mano Martínez

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Capturas de vídeo

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