
Haciendo el amor a la gran polla del chulazo Christian hasta sacarle toda la leche | Beef Cake Hunter
Chicos, debéis aprender que una cosa es hacer una mamada y otra muy distinta es hacer el amor a una polla. La diferencia es que mamar un rabo puedes mamar muchos rabos, pero hacerle el amor a uno significa que te gusta demasiado, que deseas darlo todo por él, cuidarlo y mimarlo como si ese fuese tu rabo definitivo y no te apeteciese ninguno más.
Fuerte, guapo, deportista, tener en la cama a un chulazo como Christian significa escucharle mientras con la mente estás deseando acercarte y perderte entre sus brazos. El chaval parece un poco tímido al principio cuando las manos de Vic le empiezan a sobar, pero parece muy seguro de que lo quiere hacer. Vic no puede esperar más para descubrir su rabo y cuando le baja los calzones flipa en pepinillos al ver una enorme y larga verga rebotando delante de sus narices en un vaivén flipante.
Todavía morcillona, la levanta con la mano para chupar y descubre que ahí debajo hay unos cojones para hiperventilar. Está seguro de que lo volverá a llamar para que le folle el culo y así sentir esos badajos golpeándole el culo, pero ahora toca rendir tributo a su larga polla. Comienza a ritmo pausado, disfrutando del sabor y la textura de ese pollón y nota que a medida que se acostumbra el cuerpo le pide tragar más a fondo y más rápido.
Es tan larga que la mano tiene recorrido para pajear mientras la boca hace su trabajo. Tampoco se olvida de las pelotas. Hasta el momento, Christian miraba de soslayo hacia abajo, pero cuando Vic aumenta la intensidad, deja de mirar la peli porno hetero que tiene enfrente para ver qué coño pasa ahí abajo, obligado a cerrar de vez en cuando los ojos y respirar hondo si no quiere correrse.
Se tumba en la cama a cuerpo de rey y no pierde ripio de esa boca que le está amando el cipote y todo el tronco del rabo. Seguro que las chicas no se lo aman tanto como un hombre puede hacerlo. Sabemos apreciar una gran verga dura, eso es indudable. Para el pajoteo final, Vic no retira la cara. Amasa esa gran polla con su mano sin dejarle descanso.
Un gemido, el cabrón se la mete dentro de la boca, otro gemido, el cabrón no se la saca. Se lo está tragando todo. Christian hace un gesto con la mano, quiere ver su leche salir. Vic se la saca de la boca y las últimas virutas de leche salen brincando al viento. Vic se queda esnifando el rabo, paseando sus labios por el tronco mojado, sintiendo su dureza. Vaya con el chulazo, un gran descubrimiento.
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